La vigesimonovena Festa de Convivencia cos nosos Maiores, organizada por la fundación O Noso Lar, reunió el domingo a 800 personas en los bajos de la casa consistorial de Samos. La jornada, que estuvo dedicada a los 25 años de la llegada de las religiosas franciscanas a Lousade, sufrió un cambio de lugar por el mal tiempo de la mañana.
Unos 50 voluntarios trabajaron el sábado en los preparativos en un robledo en Castro de Lourido. Sin embargo, la lluvia durante la mañana de el domingo obligó a buscar un nuevo emplazamiento el mismo día, por lo que se trasladó el material a los bajos del ayuntamiento. "Hai que felicitar aos voluntarios polo traballo realizado", explicaba el presidente de la fundación, Miguel Gómez. Esta circunstancia obligó a modificar el programa, retrasando la misa una hora, además del homenaje a los mayores, que se pospuso hasta después de la comida.
Tras la homilía se entregó una placa para conmemorar la contribución de las religiosas franciscanas durante los 25 años en Lousade. El discurso estuvo cargado de emoción, puesto que "son moitas as experiencias" durante este cuarto de siglo, detalló Gómez. Por su parte, una de las tres religiosas, Josefa Gómez, agradeció el galardón, aunque explicó que los vecinos ya le muestran el cariño "día a día".
La música también tuvo su espacio en esta jornada. Antes de la comida y durante la misa actuó el grupo de música tradicional Frebudos, de Lugo. De igual forma, a partir de las 18.00 horas la banda melidá de folk Leirabuxo amenizó el evento.
Además, se sorteó una ternera. La cantidad recaudada sirvió para sufragar los costes de la fiesta, algo a lo que también colaboraron la Diputación y el Concello.
