Joan Garriga: "El nombre Galàctic homenajea a Jaume Sisa"

"Una verbena y un velatorio tienen en común que no duermes. Las canciones de nuestro primer disco son canciones de insomnio, son momentos en los que la rutina, los horarios... todo desaparece, y lo que nos parece mágico se convierte en real"
Joan Garriga. JORDI MUSQUERA
photo_camera Joan Garriga. JORDI MUSQUERA

La rumba fusión llega desde Cataluña para poner el rito a la noche del miércoles. Joan Garriga —exmiembro de La Troba Kung-Fu y Dusminguet—, acompañado de su acordeón y por Marià Roch (bajo), Rambo (batería), y Madjid Fahem (guitarra), aterrizan en Lugo para ofrecer un concierto de su nuevo grupo, Joan Garriga i el Mariatxi Galàctic, y presentar el primer disco de la formación: ‘Nocturns de vetlla i revetlla’.

¿Es la primera vez que actúa en Lugo?
No me acuerdo de la última porque fue hace muchos años. Si no recuerdo mal, toqué en la sala Clavicémbalo. En el resto de Galicia he ido tocando bastante a menudo: Ourense, Santiago, Vilagarcía de Arousa...

¿Cuándo comenzó su pasión por el acordeón?
Fue hace algo más de 20 años, escuchando a Flaco Jiménez, un acordeonista tejano. Empecé cuando tenía unos 20 años, con un acordeón diatónico que me prestó un centro del barrio de Gràcia de Barcelona, que prestaban los acordeones a quien estuviera interesado en aprender. Más tarde, cuando tuve un grupo, me compré yo uno.

¿Qué carácter cree que le confiere el sonido del acordeón a una canción?
Lo que me transmite a mí siempre es un punto de fuerza, alegría y a la vez mucha melancolía. Igual es por el hecho de que ‘respira’, como el canto, y más los diatónicos, que según la dirección del viento y de la lengüeta cambia de nota, y tienes que estar todo el rato dándole aire. Es un instrumento muy parecido a la voz, de hecho las lengüetas se llaman ‘voces’, y es como una extensión del canto, por eso me gusta tanto.

El disco se ha hecho probando las canciones, dándoles forma y marcándoles un principio y un final un poco clásico

Joan Garriga i El Mariatxi Galàctic. ¿Cómo surge ese nombre tan peculiar para el grupo?
Tengo pasión por los mariachis desde jovencito por discos mexicanos que tenía en casa. Los mariachis tienen un punto de orquestación popular con un sentido un poco anónimo, y eso me gusta. Lo de ‘galáctico’ es por el cantautor catalán Jaume Sisa, que se autodenominaba ‘el cantautor galáctico’. Es un gran referente para mí, y es un homenaje por sus enseñanzas, a su carrera y a su influencia en mi visión del mundo.

Hace poco que se aventuró con su nuevo grupo. ¿Qué acogida recibe el mariachi galáctico?
Aún no tenemos demasiado recorrido para aseverarlo, pero de momento nosotros estamos muy contentos. Todos tenemos bagaje en el mundo de la música, y no teníamos muchas expectativas de estar tocando sin parar y de tener éxito enseguida. Pero ha habido una buena acogida de las nuevas canciones.

Su nuevo disco se traduce al castellano como ‘Nocturnos de velatorio y verbena’. Es un nombre curioso. ¿Qué tienen en común un velatorio y una verbena?
Que no duermes. Son canciones de insomnio, son momentos en los que la rutina, los horarios... todo desaparece, la vida se hace mucho más presente; lo que nos parece mágico se convierte en real, porque seguramente es mucho más real de lo que somos conscientes. Son canciones que aparecen en estos momentos, por eso los hemos juntado y les hemos dado este título.

Resulta muy curioso un EP con solo cuatro canciones. ¿Por qué han tomado la decisión de publicar un disco tan escueto?
Nos pareció buena idea hacerlo en cuatro canciones porque nos daba cierta pereza y tenía poco sentido meternos a grabar un disco al uso, de entre 12 y 14 pistas, porque eso suponía encerrarnos un mes o un mes y medio para hacerlo. Por el momento en el que estamos, o por la edad, nos parecía mucho más sensato juntar estas canciones que tenían un sentido común, grabarlas y enseñarlas. Ya haremos otro disco en breve. También tengo la impresión de que la gente ya no escucha 14 temas seguidos de un mismo grupo.

¿Qué puede escuchar el público en este disco?
‘Nocturns de vetlla i revetlla’ tiene un punto de reposo que el directo no tiene, como de madurez y seriedad, que no corresponde de todo con lo que después hacemos en vivo. Los directos son mucho más gamberros, dinámicos y energéticos. El disco se ha hecho probando las canciones, dándoles forma y marcándoles un principio y un final un poco clásico. Creo que nos ha servido, sobre todo porque era un esfuerzo de intentar contar algo, sin importar demasiado que esto supusiera un enganche mayor o menor con el público.