El invento de un vivariense contra las velutinas se venderá desde Barcelona

El emprendedor Albert Muñoz llegó a un acuerdo con José María Vázquez para llegar a toda España y también al norte de Portugal

Albert Muñoz (izquierda) y José María Vázquez. AMA
photo_camera Albert Muñoz (izquierda) y José María Vázquez. AMA

El emprendedor catalán Albert Muñoz suscribió un acuerdo de colaboración comercial con el inventor vivariense José María Vázquez para la producción y comercialización del módulo protector de colmenas frente a los ataques de la avispa asiática. La firma que distribuirá el dispositivo tendrá sede en Barcelona y su intención es consolidarse en España y el norte de Portugal, dando el salto después a Francia, con el objetivo de frenar el asedio del insecto invasor en estos países.

La acción comercial para el desarrollo de este proyecto arrancará en marzo con la recepción de pedidos y a partir de junio o julio el modelo estará listo para iniciar su venta. Muñoz contactó con Vázquez en octubre de 2017 para conocer su funcionamiento y ahora se convierte en el socio que respaldará económicamente la iniciativa del vivariense, quien tiene la patente del producto y experiencia de campo obtenida tras tres años de lucha contra la velutina.

La ubicación del centro logístico en Barcelona responde a una razón estratégica, pues entiende que desde ese punto puede abarcar el territorio objetivo e impulsar la expansión internacional. El gerente de la firma, en proceso de constitución, agradece a las franquicias de Servicios Privados Antivelutina (Serpa) que funcionan en distintos puntos del Cantábrico noroeste la información aportada para complementar las estadísticas del proyecto.

Albert Muñoz asegura que el objetivo es potenciar el producto entre los apicultores este año para lograr después una implantación sólida. Para ello "buscamos un producto con diseño y materiales de calidad que soluciona un problema actual, pues garantiza la supervivencia del 95% de la colmena", señala.

El módulo tendrá piezas de madera de pino, plástico y acero, tratado y resistente para ubicación exterior. Pesa 1,8 kilos, su instalación es sencilla y se coloca anclado en el frente de la colmena, pero permite al apicultor la apertura y cierre.

El producto es fruto de tres años de observación y de una constante mejora, destaca José María Vázquez, quien añade que permite a las abejas seguir el ciclo natural de producción y regular la temperatura de la colmena.

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