Opinión

Inmigración

[LA CAMPAÑA DE COTA]

Inmigrantes que llegaron el lunes a las islas Chafarina, desembarcando en Melilla. EFE
photo_camera Inmigrantes que llegaron el lunes a las islas Chafarina, desembarcando en Melilla. EFE

EL OBJETIVO de esta nueva sección, que durará lo que dure la presente campaña es elaborar un programa consensuado entre seis militantes o simpatizantes, uno o una por cada uno de los seis grandes partidos. La tarea es complicada, pero para empezar hemos alcanzado un gran acuerdo: ninguno de ellos quiere que se publique su nombre real, por lo que sugiero, para que el lector empatice con ellos, que utilicemos sobrenombres, lo que aceptan todos y todas, permitiendo que sea yo quien los elija. El primer tema que ponemos sobre la mesa es el de la inmigración.

Hay que aclarar que las opiniones de estas personas no son necesariamente las que defienden sus partidos. Se trata de ofrecer la visión de diferentes personas de la calle que simpatizan con algún partido y tienen claro cuál será su voto.

Abdul Hussein, militante de Vox, joven alto y delgado, tiene claro que el problema está en el "efecto llamada" y en las diferentes organizaciones que se lucran del rescate en alta mar de inmigrantes ilegales que vienen a España a vivir de subvenciones y a robar el trabajo a los españoles. "Y todos los que se cuelan por las vallas de Ceuta y Melilla, por no hablar de que entre ellos puede haber yihadistas que vienen a atentar. No me considero xenófobo ni racista, pero me niego a caer en las redes de la dictadura femiprogre del tricentrito y sus aliados comunistas y separatistas". Para Hussein, la solución es sencilla: "Dejar de seguir el juego a las mafias que se lucran con el tráfico de inmigrantes y admitir solamente a los que vengan con papeles desde países cristianos y de habla hispana".

Emilio Butragueño es una señora corpulenta que vota al PSOE desde 1978, "y antes no porque no me dejaban", aclara. Dice que en el ADN del socialismo está la solidaridad con las clases desfavorecidas. "Ojalá vinieran más y encontraran un trabajo bien pagado para que pudieran cotizar y los pensionistas pudiéramos vivir dignamente, al menos yo. No digo que España deba convertirse en un paraíso de la inmigración ilegal, pero lo primero es no dejar que estas personas mueran ahogadas y luego ver a cuántos podemos acoger en buenas condiciones", añade Butragueño, "para que Sánchez me suba la pensión, que es lo que quiere si sigue gobernando".

La nacionalista Agnieszka Haakonsson es una activa militante de Galiza Nova y niega la mayor: "O problema non son os que veñen, son os que teñen que marchar pola falta de oportunidades no noso país. Temos o rural abandonado, non hai traballo nin salarios dignos e os nosos recursos naturais levan anos abandonados. Ese é o problema e non hai máis que falar. Se Galiza non ten voz en Madrid con representación do BNG, esto non hai quen o arranxe", zanja Haakonsson.

Escuchando a Emilio Butragueño, el simpatizante de Ciudadanos tuerce la cara. Se declara español, europeo y gallego, "en este orden". Renault Fuego Turbo, que es como llamaremos a este empresario autónomo y liberal, piensa que España no puede acoger a más inmigrantes sin papeles. "Muchos de ellos son menores no acompañados, Menas, que nos cuestan un dineral y sólo causan problemas. Yo no pago impuestos para que Sánchez se los gaste en privilegiar a esta gente".

La última en tomar la palabra es Mencía Jusapol, quien confiesa que como buena pontevedresa vota al Partido Popular, "el de Rajoy, de Ana Pastor y de tantos otros". Su mensaje no es muy diferente al de Renault Fuego Turbo, el votante de Ciudadanos. "Hay que controlar la inmigración ilegal, no abrir las puertas de par en par. Y no, por mucho que insistáis, no voy a entrar en el juego de hablar de Franco. El pasado es pasado. Tenemos que mirar al futuro, porque cuando gobierna el PP, las cosas van bien.

La propuesta

Las posturas son irreconciliables, o eso parece. Les digo que si la humanidad ha logrado enviar un robot a Marte, seis pontevedreses de buena voluntad bien pueden consensuar una postura común sobre este tema. Tras una larga discusión, la cosa queda así:

– Admitir solamente a inmigrantes cristianos, aunque sea sin papeles, siempre y cuando sean mayores de edad.

– Todos los inmigrantes acogidos deben estar a punto de ahogarse en el Mediterráneo.

– Deberán trabajar en el rural gallego.

– Subir la pensión de Emilio Butragueño.

– No hablar de Franco.

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