Incredulidad y consternación en Nespereira, escenario de la tragedia

La incredulidad y la consternación son los sentimientos predominantes entre los vecinos de la parroquia de Nespereira, en Pazos de Borbén, aún en estado de shock por el hallazgo ayer de un matrimonio de octogenarios muertos en unas circunstancias que apuntan a un caso de violencia machista.

Ella, de 81 años, fue descubierta en la tarde de ayer por su hija en una poza de agua de un lavadero dentro de la finca familiar con un fuerte golpe en la cabeza, y él, de 79 años, ahorcado en un alpendre.

Mientras la Policía Judicial de la Guardia Civil prosigue con la inspección de la supuesta escena del crimen, a la misma finca la amplia familia del matrimonio, que tenía once hijos, ha acudido a lo largo de esta mañana a buscar y darse consuelo, el mismo que tratan de transmitirles sus vecinos.

La mayoría de los habitantes de Alvite, como se llama el lugar donde se produjo ayer el macabro hallazgo, conocían de años al matrimonio y todos los que, casi a regañadientes, hacen declaraciones a los medios, coinciden en destacar que, al menos aparentemente, no tenían grandes problemas en su relación.

Además, cuestionan que pueda tratarse de un crimen por celos y apuntan a problemas psicológicos del marido.

Tal es el caso de Isabel Gómez, dueña de un bar cercano, quien ha afirmado a los periodistas que él "a lo mejor estaba un poco mal, porque para hacer una cosa de éstas, con tantos hijos..."

Ha indicado que tanto el matrimonio como sus hijos son "una familia muy querida en el pueblo" y se ha declarado incapaz de encontrar una explicación a lo sucedido.

Una sobrina que prefiere guardar el anonimato ha incidido en que no había grandes tensiones en la relación.

Nieves González, vecina de una parroquia cercana, Quintela, se ha enterado del suceso al pasar por su coche delante de la casa del matrimonio y ver a los periodistas apostados en el exterior.

"¿Qué nos está pasando?, ¿Estamos todos locos?", se ha preguntado tras echarse las manos a la cabeza.

También esta vecina duda de que el marido pudiera matar a su mujer por celos "a esta edad, en sus tiempos podría ser", y conjetura con que "a lo mejor tenía algo" psicológico, pues recuerda que hace años coincidió con él en la consulta de "un médico de algo de la cabeza".

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