Inaceptable paripé

EN AQUELLOS tiempos de peones camineros, encargados de rellenar baches en las carreteras, alguno había que aparcaba la carretilla, con pala, azadón y chaqueta vieja, en el arcén del tramo de vía encomendado y se ausentaba a hacer sus cosas. No solía volver en toda la semana, salvo que le desmantelasen el equipo. Lo mismo hace ahora la empresa adjudicataria de construir el vanamente demandado puente de Paradai. La Xunta decidió hace más de un mes, pensando más en desmotivar una tibia protesta insinuada que en otra cosa, que la obra se iniciaría al día siguiente de anunciarlo, y en efecto, hizo aparición una máquina escavadora, que tras realizar el primer día un inaceptable paripé de desmonte, fue estacionada en el sitio y allí permanece estática, con riesgo de enmohecimiento o de desguace por parte de los ladrones de chatarra. Como juego de niños o broma (sin ninguna gracia) de carnaval, ya que estamos en él, puede pasar, pero más bien se trata de alargar la tomadura de pelo con que se obsequia al ciudadano, que sigue aplaudiendo la intemperancia.

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