El Hula empieza a monitorizar los marcapasos de forma remota

Más de 3.000 pacientes se ahorrarán visitas al hospital gracias a este plan piloto que arranca en los centros de Lugo y Santiago
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photo_camera La doctora Elices, colocando el primer desfibrilador sin cables en el Hula. XESÚS PONTE (AEP)

El Hula es, junto al hospital de Santiago de Compostela, el centro seleccionado por el Sergas para monitorizar de forma remota los datos de los marcapasos. La cardióloga especialista en Electrofisiología Juliana Elices explica que ya se ha empezado a hacer con desfibriladores y que, a lo largo de 2020, se hará también con marcapasos, los implantes cardíacos más comunes. Más de 3.000 lucenses llevan uno.

La doctora Elices puntualiza que el nuevo programa ahorrará a los pacientes visitas al hospital, pero que el seguimiento no será exclusivamente a distancia sino un complemento del presencial. Siempre habrá circunstancias en las que los pacientes tengan que acudir a Cardiología y así ocurrirá, por ejemplo, ante cualquier alteración que recojan los datos para proceder a un ajuste o reprogramación.

Un portador de marcapasos acude a una revisión, como mínimo, una vez al año. Esa periodicidad se incrementa sustancialmente si se perciben alteraciones o cuando se empieza a acercar el fin de la vida del dispositivo porque entonces el seguimiento tiene que ser mucho más constante.

De esta forma, el programa favorecerá que algunas de las visitas al hospital no sean precisas, algo especialmente positivo para pacientes ancianos, con movilidad reducida y para los que viven en los puntos más alejados del área sanitaria.

La monitorización a distancia se podrá hacer a través de un dispositivo, del tamaño de un teléfono fijo, que recopilará las lecturas de los marcapasos y que se puede colocar en diversos puntos, desde domicilios a residencias de ancianos. Algunos de los nuevos implantes tienen bluetooth y pueden incluso recopilar esa información a través de una app en el teléfono, aunque como eso no ocurre con todos los modelos se opta por otro sistema de lectura.

Electrofisiología del Hula coloca ahora unos 400 marcapasos al año, aunque cuando empezó a funcionar en 2016 eran 250 los dispositivos de este tipo que se implantaban entonces. La doctora Elices atribuye ese sustancial incremento al envejecimiento de la población que, consecuentemente, desarrolla más arritmias.

Además, cada vez se implantan a pacientes de mayor edad. Precisamente, el equipo de Electrofisiología del Hula ha estudiado –y expuesto en un congreso de la Sociedad Española de Cardiología– los resultados de un estudio realizado entre sus pacientes nonagenarios, que reveló una buena tasa de supervivencia (del 70%) pasado un año desde la colocación. "Que a un paciente de más de 90 años se le ponga un marcapasos no es excepcional sino relativamente habitual. Los pacientes, además, notan enseguida la mejoría", explica la electrofisiológa. Recientemente, se implantó uno a un paciente de 97 años.

La unidad de Electrofisiología cuenta en la actualidad con dos salas en funcionamiento: una centrada en estudios electrofisiológicos de diagnóstico, en la que se hacen 200 y de los que 100 desembocan también en una ablación para detener arritmias y otra, en colocación de implantes. Además de los 400 marcapasos, también se colocan anualmente entre 35 y 40 desfibriladores, 20 resincronizadores y 50 holters subcutáneos.

El desfibrilador se implanta a pacientes con arritmias ventriculares graves. El aparato monitoriza el ritmo cardíaco, detecta cuándo se produce una alteración y realiza una descarga eléctrica para que el corazón recupere el ritmo normal. El resincronizador, por su parte, estimula simultáneamente ambos ventrículos y la aurícula derecha del corazón para que se produzca una contracción sincronizada en pacientes con insuficiencia cardíaca. Finalmente, el holter subcutáneo se utiliza para medir la actividad eléctrica del corazón durante varios meses y diagnosticar algunas arritmias.

Hará ablación de fibrilación auricular

La unidad de Electrofisiología del Hula comenzará en 2020 a realizar la ablación de la fibrilación auricular, la única intervención de toda la cartera de servicios de una unidad de este tipo que todavía no hacía.

La adquisición de un nuevo navegador, que integra rayos X e imagen en 3D, ha permitido, según la doctora Elices, realizar "sustratos más complejos" e intervenciones más largas, en las que se precisa anestesia general.

La unidad empezó a hacer así algunas que se prolongaban durante 4 o 5 horas y ahora sumará las ablaciones de fibrilación auricular, que por su duración ocupan una sala toda la jornada laboral.

Patología prevalente
Aunque se trata de un tipo de arritmia prevalente, no todos los afectados son candidatos a esa intervención, sino que solo se recomienda a algunos pacientes.

De 15 a 90 años
Las arritmias, aunque no del mismo tipo, se presentan en corazones jóvenes y ancianos, razón por la que la unidad tiene pacientes de entre 15 y 90 años.

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