Horas que suman siglos

La riqueza multidisciplinar de la que presume el Museo Provincial permite disfrutar de un amplio catálogo de relojes de distintas épocas históricas. Posee, por ejemplo, la colección más rica de ejemplares de sol de toda Galicia, además de una amplia representación de relojes de bolsillo, entre los que hay verdaderas curiosidades

Reloj de sol de granito, llegado al museo en 1958. EP
photo_camera Reloj de sol de granito, llegado al museo en 1958. EP

El Museo Provincial de Lugo cuenta con una colección de relojes tan rica que permite hacer un recorrido por toda la historia de la relojería. Los ejemplares más antiguos son los de sol, de los que se conservan alrededor de cuarenta, lo que supone el repertorio más completo de toda Galicia y, posiblemente, de todo el país. En cuanto a la tipología más nutrida, destacan por encima del resto –de los de sobremesa y los murales los relojes de bolsillo.

En lo relativo a relojes de sobremesa, destacan varias piezas francesas elaboradas con bronce y estilo imperio; junto a un ejemplar construido en porcelana y otro de la Fábrica de San Juan de Aznalfarache, en Sevilla.

De relojes de bolsillo, el Museo Provincial de Lugo posee un ejemplar del siglo XVIII, cincuenta y uno del siglo XIX y veintidós del XX. Entre ellos, destaca por su particularidad estética un conjunto de cinco relojes con una atractiva numeración enmarcada en círculos decorados con esmaltes de colores vivos. Asimismo, una de las piezas más codiciadas del grupo es el ejemplar con el busto de Napoleón III, hecho en oro y decorado con esmalte azul y brillantes. El reloj de peto suizo Sector Watch es una de las obras más curiosas, ya que cuenta con una doble numeración en cifras árabes, una de 0 a 12 y otra de 0 a 60. Cada vez que una de sus agujas acaba el correspondiente recorrido, inmediatamente se vuelven a desplazar a la izquierda –una lo hace cada hora y la otra cada doce–.

Otra pieza que llama la atención es una media saboneta. Este es un reloj con una tapadera guardapolvo en la que se inscribió la numeración en el borde y este forma un orificio que permite ver la esfera. El estudioso Luis Montañés relataba la curiosa leyenda que contaba que este tipo de reloj fue ideado por Napoleón cuando, debido a la tensión acumulada antes de la batalla de Waterloo, usó un cuchillo para hacer un agujero en la tapadera de su reloj y así consultar la hora con mayor rapidez.

RELOJES DE SOL. Es curioso el gran número de ejemplares de relojes solares en un territorio como Galicia, donde el astro rey suele estar escondido tras un manto de nubes. El Museo Provincial cuenta con la colección más completa de toda la comunidad gallega. En la mayor parte de los casos, se tratan de obras de artesanía popular, construidos casi siempre en granito procedente de las canteras de la provincia de Pontevedra, a pesar de que en Lugo son más comunes los de losa.

Reloj de sol rectangular de pizarra, del año 1860. EPEn estos ejemplares se identifican dos partes fijas: una conocida como face, cara o tabla del reloj, que es la superficie sobre la que están marcadas las líneas que representan las horas del día; y la otra, que es una varita llamada estilo o gnomon, en caso de que la superficie sea plana.

El Museo Provincial de Lugo cuenta con cuarenta y dos piezas que se clasifican en rectangulares (dieciséis ejemplares), antropomorfos (veintiuno), cúbicos (2) y circulares, semicirculares y de fantasía, de los que hay un ejemplar de cada uno.

En cuanto a su construcción, la mayoría de estos relojes son verticales ortomeridianos –siempre orientados hacia el Sur–. También los hay meridianos, canónicos y horizontales –estos últimos son muy escasos y solo hay una unidad, construida de losa–.

Los relojes de sol fueron el primer procedimiento empleado para la medición del tiempo. Su procedimiento se basa en la observación de la trayectoria del sol y en el distinto tamaño de las sombras que proyectaba en su desplazamiento, lo que variaba dependiendo de la hora del día y según la estación del año. Su origen data de épocas remotas y de ellos tenemos diversas referencias en la Biblia.

Los cuadrantes solares eran ya conocidos por los egipcios y por los caldeos y se les atribuye a estos últimos el invento del reloj solar hemisférico. En Grecia fueron introducidos por Anaximandro –S.VI a.C –, y en Roma, según José Luis Basanta, por Papirus Cursor sobre el año 306 a.C.

Finalmente, destacan los relojes de sol portátiles. Estos ya eran conocidos por los egipcios y tenían forma de T. Los romanos también los emplearon, surgiendo su uso tras el descubrimiento de la brújula en Europa –siglo XII–. Durante el Renacimiento, este tipo de relojes se construyeron en forma de libro.