Historias de toda una vida

Participantes en el taller de Historias de Vida (Foto: Cristina Pérez)
photo_camera Participantes en el taller de Historias de Vida (Foto: Cristina Pérez)

Historias de vida. Bajo este epígrafe se podrían contar infinitos relatos, vivencias personales o recuerdos de infancia. Un poco de todo ello es lo que han mezclado, batido y servido los participantes de este proyecto desarrollado en el centro sociocomunitario de Vilalba y patrocinado por la Obra Social de La Caixa.

Tres de los trabajos elaborados en los últimos meses por los usuarios del centro, repartidos en otros tantos grupos, concretamente los correspondientes a los 13 alumnos de los martes y los jueves, son los que ahora supervisará la propia fundación La Caixa para constatar el éxito de la iniciativa Historias de Vida.

El pan, el lino y el voluntariado fueron los temas elegidos por estos grupos de trabajo, que prepararon sus respectivas presentaciones sobre estos temas, bajo las órdenes, la supervisión y la «mucha paciencia», según ratifican los alumnos, del ‘profe’ Javier Corral, a quien le agradecieron su buen hacer con un obsequio entregado en los pinchos con los que hace unos días se clausuró esta iniciativa.

«Los talleres tienen dos partes, una didáctica y otra práctica» resume el monitor, quien se muestra satisfecho con los resultados y la evolución de los asistentes a la clases, que se impartieron dos horas al día dos veces a la semana, entre septiembre y diciembre, hasta completar las 48 horas totales de esta actividad.

El monitor precisa que, además de los asistentes de los martes y jueves, hubo otros dos grupos más de alumnos, integrados por un total de ocho personas, que trabajaron en las clases de los lunes y los miércoles. Sus proyectos versaron sobre las comidas tradicionales de la zona y también sobre el voluntariado.

Los trabajos

José Ramón, Irene, Pilar, Otilia, Lourdes y José Luis tuvieron que bucear en sus recuerdos y documentarse convenientemente para repasar el proceso de la elaboración desde que el grano se siembra en la tierra hasta que la pieza final se sirve en la mesa.

Su trabajo, para el que eligieron el «trigo do país» se compone de una definición del trigo, memorias y retazos de la infancia de los autores, alusiones al refranero popular y un retrato, con fotos reales y textos, de todas las fases: «A sementeira, a colleita, a meda, a malla, a limpa, o muíño, o forno e a fornada», explica José Ramón.

Para documentar su experiencia eligieron el gallego y cuentan, como anécdota, que hasta se compraron un diccionario para asegurarse de que el texto fuese normativo.

Los 32 trabajos del lino resumidos en una presentación de 15 diapositivas, junto con refranes y canciones populares, ha sido el trabajo al que han dado forma José Antonio, Manuel, Carmen y Alicia.

«É un traballo moi completo, porque recollemos todo o proceso, paso por paso», explica Manuel López. «Tratamos de ser fieis a como se facía antes e de dar todos os pasos que había que dar ata chegar ó tear, ademais de poñer para que se aproveitaban os fíos», continúa explicando quien de niño tuvo la oportunidad de vivir todo el proceso en primera persona.

Su compañero José Antonio está encantado con este proyecto que le ha permitido «revivilo todo outra vez». «Estamos contentos co traballo, foi unha boa experiencia», ratifica.

Menos numeroso que los anteriores pero igualmente entregado a la causa fue el grupo que centró su investigación en recoger la historia del voluntariado en Vilalba, con el añadido de que los tres autores, Milena, Tita y Manolo Felpeto, lo han vivido en primera persona durante muchos años.

«Empezé en el 1969 de lleno a trabajar en el Hospital Asilo, pero desde los cinco años ya iba con una hucha que abultaba más que yo al ayuntamiento», explica Tita, que a día de hoy sigue ejerciendo como voluntaria en otro de los programas desarrollados por el centro sociocomuntario de Vilalba, las clases de informática para los presos del módulo Nelson Mandela de la cárcel de Teixeiro.

«Esta ha sido una experiencia muy buena, porque nos ha hecho recordar cosas que hicimos hace mucho tiempo», señala su compañera Milena, quien también lleva metida en temas de voluntariado «desde niña, con la catequesis».

Pasado y futuro

Los talleres Historias de Vida se pusieron en marcha a principios de 2011, también durante tres meses, aunque con un número muy reducido de participantes. «Fuimos pocos los valientes», constata una de las hoy ‘repetidoras’ de Historias de Vida.

En esa toma de contacto experimental con el programa trabajaron sobre las ferias y las fiestas de la zona, el Camino de Santiago, la Torre dos Andrade, las mujeres trabajadoras o la historia de la enseñanza en Vilalba. Además, en lugar de seleccionar varios trabajos para justificar su labor ante La Caixa, se le remitieron todos.

Los participantes en esta experiencia, donde el uso de las nuevas tecnologías es fundamental, agradecen que la Obra Social La Caixa se anime a patrocinar una tercera convocatoria de estos talleres, porque seguro que participantes dispuestos a volver la vista atrás no les van a faltar.

ESTRATEGIAS
El centro sociocomunitario programó 48 programas en 2011 para más de 4.500 usuarios

El centro sociocomunitario de Vilalba programó 48 actividades de diversa índole en 2011, en las que participaron un total de 4.538 usuarios.

Su director, José Antonio Pita, explica que entre las propuestas ha habido fiestas, como el Carnaval o el magosto; la práctica de ejercicio, con clases de natación, cachibol o taichí; viajes a Salou, las Rías Baixas o varias playas gallegas; diversos talleres de habilidades sociales, voluntariado, memoria..., y, en clave cultural, Despertar con una sonrisa.

A ello se unen las actividades artísticas desarrolladas por la Murga Os Trouleiros, una de las fijas en el Carnaval vilalbés, y la Coral Luar, compuesta por 26 voces y dirigida desde octubre por Rogelio Lombó Vega, que en 2011 realizó una decena de recitales.

Una parte de estas actividades se enmarcan en el convenio suscrito entre La Xunta y la Obra Social La Caixa para posibilitar propuestas en este tipo de centros. El acuerdo se mantendrá en 2012 e incluirá la repetición de Historias de Vida, un taller de iniciación a la informática de 14 horas por semestre, otro de envejecimiento activo de ocho horas, el proyecto anual Grandes Lectores (12 horas) y la jornada Activa la Mente.

Objetivos

El director del centro avanzó que para el presente año el principal objetivo es ampliar tanto el número de voluntarios como las actividades de voluntariado, para lo que también considera importante establecer colaboraciones con otras entidades locales.

«Se trata de sumar esfuerzos, sobre todo en esta época de crisis en la que hay pocos fondos», precisa Pita, quien agradece el esfuerzo económico que hacen los asistentes a las actividades, sufragadas todas mediante el copago.

Así, en 2011 el centro manejó un presupuesto de 83.552 euros, de los que la entidad aportó unos 15.000 euros , por 5.000 procedentes de las ayudas de otras asociaciones e instituciones y 63.000 euros, un 76% del total, salidos de los propios usuarios. De cara al 2012, José Antonio Pita espera disponer de unos fondos similares.

TRAYECTORIA
Un cuarto de siglo de labor social

 

El centro sociocomunitario de la tercera edad de Vilalba, dependiente hoy de la Consellería de Traballo e Benestar, lleva en funcionamiento desde el 15 de mayo de 1986.

Oje

El edificio que es la sede de este organismo, en las inmediaciones de la casa consistorial vilalbesa, pertenecía a la Oje (Organización Juvenil Española), que llegó a un acuerdo con el Concello de Vilalba para crear un centro para la tercera edad y la juventud. El bajo del mismo inmueble es de titularidad municipal.

Instalaciones

El centro sociocomunitario dispone de cafetería, cocina, salón de actos, archivo, biblioteca, gimnasio, varios despachos, una cíber aula y una sala de usos múltiples. Además, hay varios locales cedidos a diversas entidades locales, como Preescolar na Casa, la asociación de minusválidos Benxamin Paz, la asociación de mujeres rurales Amizade o la Asociación de familiares de discapacitados de Vilalba (Asfadivi). Esta, que ha sido la última entidad en incorporarse, ha iniciado una colaboración con los voluntarios del centro que ya ha permitido desarrollar dos talleres, de adornos navideños y elaboración de jabones, con los usuarios del Centro Ocupacional de Vilalba.

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