La localidad de Guadix, un destino de cine

La localidad granadina ofrece una ruta para rememorar las películas históricas que atrajeron hasta sus calles a actores como Harrison Ford, John Wayne, Gary Cooper o Imperio Argentina
La famosa locomotora Babwil, considerada la más cinematográfica del parque español
photo_camera La famosa locomotora Babwil, considerada la más cinematográfica del parque español

Guadix es una histórica ciudad a medio centenar de kilómetros de Granada presidida por la omnipresente silueta de su catedral y perfilada por el blanco de sus centenarias cuevas, pero es también una porción del México que recibía la visita de un papa, un pueblo perdido en el desierto de Texas, un trozo de la Rusia inmersa en plena revolución, un paisaje de Siberia o Arizona.

Sus calles y plazas, su estación y sus templos se han convertido en otros rincones lejanos gracias a un centenar de rodajes que reivindica ahora el municipio con su Guadix de Cine, un proyecto a corto, medio y largo plazo que busca un final de película.

El concejal de Turismo del Ayuntamiento accitano, Iván López Ariza, detalla que el municipio quiere su papel protagonista en el celuloide y ofrece una ruta para rememorar esas películas históricas que atrajeron hasta sus calles a Harrison Ford, John Wayne, Gary Cooper o Imperio Argentina.

Lo hará con una ruta en la que ya ha colocado seis sillas de director, esculturas de forja instaladas en la misma localización en la que se sentaron directores tan laureados como Steven Spielberg, Sergio Leone y Orson Welles y que trasladan al turista a otras épocas y títulos de batallas, amores y mucho western.

Spielberg convirtió la estación de tren de Guadix y su más afamada locomotora, la Babwil, en el marco de Indiana Jones y la última cruzada (1989), un rodaje para el que se contrató a unos 175 extras entre los vecinos del pueblo que cobraron 8.000 pesetas de las de entonces.

Pese a su pequeña extensión se trata de una ciudad histórica y patrimonial de gran importancia


Ahora, con un código QR, un teléfono móvil y una de estas sillas de directores, el turista puede conocer las películas, directores y actores, las escenas y las anécdotas de las principales películas filmadas en el municipio, según explicó la técnico de Turismo responsable del proyecto, Antonia Requena.

El guion de esta historia de amor entre Guadix y el cine comenzó a escribirse en la década de los años veinte del siglo pasado y arrancó con La alegría del batallón, aunque el impulso llegó con Morena Clara (1936), una historia que llevó a Imperio Argentina a vivir en cuevas de la vecina localidad de Purullena.

Pero década a década Guadix ha ido sumando fotogramas a su historia cinematográfica y fue también el escenario de El bueno, el feo y el malo, Doctor Zhivago, Rojos, El viento y el león o Mi nombre es ninguno.

Por el Arco de San Torcuato o la iglesia de Santiago pasó Orson Welles con Tepepa (1968), en las calles de Guadix se dispararon las Siete pistolas para los MacGregor y se vivió el drama de la Gitana que protagonizaron Dolores Abril y Juanito Valderrama.

Un vecino fue fusilado en ¡Agáchate, maldito!, una obra de Sergio Leone que dejó más cerca que nunca el lejano oeste y convirtió a Guadix en el pueblo mexicano de Mesa Verde, como también fue un paraje de aquel país y de El Salvador para Karol, que en 2005 rememoró los años de juventud de Juan Pablo II.

Para convertir este reclamo turístico en saga, el Ayuntamiento de Guadix avanza en un proyecto para ofrecer un museo permanente del cine que se está caracterizando ya para ser un auténtico salón del oeste y reproducir el templo de La última cruzada.

Guadix quiere también tomar otro tren de cine y usar su antigua locomotora de vapor, Baldwin, "nuestra Marilyn Monroe particular", para reactivar ocho kilómetros de vía verde por la desaparecida línea de ferrocarril hacia Baza y construir un proyecto sólido con el que atraer turistas.

OTRAS OPCIONES. Pero Guadix es mucho más que un escenario de cine y quizás sea esta la oportunidad perfecta para poder conocerlo. Pese a su pequeña extensión se trata de una ciudad histórica y patrimonial de gran importancia, tanto por su enclave geográfico como por su importante patrimonio arqueológico y arquitectónico concentrado en un mismo lugar. Es uno de los asentamientos humanos más antiguos de la Península y fue fundada por Octavio Augusto como asentamiento de los veteranos de la I y II Legiones junto a un asentamiento ibero previo. El nombre actual de la ciudad se remonta a la dominación musulmana, cuando la ciudad se llamaba Wadi Ash.

Cabe mencionar los numerosos monumentos que conforman su fisonomía arquitectónica, entre los que destacan la alcazaba árabe que domina la localidad así como la catedral de Guadix, en la que se superponen diversos estilos, desde el gótico hasta el neoclásico, y es una de las tres catedrales españolas con planta renacentista (junto a las de Granada y Málaga).

Además existe un barrio formado por cuevas trogloditas, horadadas en las montañas arcillosas sobre las que se asienta. Actualmente muchas se están rehabilitando e incluso convirtiendo en alojamientos para turistas como apartacuevas.

Su oferta cultural incluye también tres museos, entre los que destaca el museo catedralicio, dedicado al arte sacro. Además, la ciudad alberga la fundación Pintor Julio Visconti, la Sala Alarconiana en el palacio de Peñaflor dedicada a la figura de Pedro Antonio de Alarcón, la cueva de San Pedro Poveda y la cueva Santa Virgen de Gracia.

GASTRONOMÍA. Si es de los que no puede marcharse de un lugar sin probar su gastronomía típica, la de Guadix muestra la herencia de las diversas culturas y poblaciones que la han habitado. Destacan platos como la olla, el potaje, las migas, el rin ran (con pimientos asados y bacalao) y las gachas. También en sus mesas se encuentran ricos embutidos derivados del cerdo.

Además, cuenta con dos clásicos gastronómicos, la pimentona sopa de Guadix y los tocinos de cielo. Todo ello acompañado del vino de la tierra. Asimismo hay una gran tradición en la repostería, como lo demuestra la elaboración de pestiños, arroz con leche, natillas y roscos fritos.

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