Grecia aprueba las reformas pactadas con los acreedores para el rescate

El Parlamento ha dado luz verde a la venta de créditos morosos a los denominados 'fondos buitre', a cambio del desembolso de 1.000 millones de euros

El Gobierno de Alexis Tsipras consiguió este martes luz verde del Parlamento griego para aprobar las reformas acordadas con los acreedores a cambio del desembolso de 1.000 millones de euros del rescate, a pesar de que el paquete incluye la venta de créditos morosos a los denominados "fondos buitre".

Tras un encendido debate de diez horas, en el que la oposición volvió a criticar al Ejecutivo por tramitar las leyes importantes mediante el procedimiento de urgencia, el paquete legislativo fue aprobado tan solo con los votos de la mayoría gobernante.

La votación pudo prosperar sin disidencias dentro de la propia coalición entre el izquierdista Syriza y los nacionalistas de derechas Griegos Independientes, fundamentalmente porque los temas más controvertidos se han postergado hasta el próximo año.

El ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, justificó las prisas por legislar estas medidas con el argumento de que de no aprobarse la ley antes de finales de año, el desembolso de este subtramo hubiera tenido que someterse nuevamente a la aprobación de distintos parlamentos nacionales de la Unión Europea (UE).

Defendió el acuerdo logrado con la llamada cuádriga (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Mecanismo Europeo de Estabilidad y Fondo Monetario Internacional), ya que aseguró que todavía se puede negociar "sobre las deudas de las pymes, las deudas de consumo y las hipotecas". El Ejecutivo ha logrado dejar para febrero la discusión sobre lo que pasará con los créditos no pagados de las pymes, de consumo y de viviendas habituales que no están protegidas frente al desahucio.

El ministro de Economía, Yorgos Stathakis, aseguró que los fondos privados pagarán impuestos en el país y no se verán beneficiados con ningún tipo de exención fiscal. "Estas empresas funcionarán de forma completa en Grecia y se regirán por el marco legal de las sociedades en todos los asuntos", dijo Stathakis, que añadió que en otros países europeos no es así, pues "en Irlanda y en España están previstas exenciones fiscales para estas empresas".

La oposición reprochó al Gobierno que permita la venta de la cartera de préstamos morosos a este tipo de fondos. Los diputados de la conservadora Nueva Democracia acusaron al Ejecutivo de haber contribuido al aumento de las deudas impagadas por parte de empresas y particulares y de romper sus promesas iniciales. "Las líneas rojas de Tsipras se convirtieron en las alfombras rojas de los más astutos. ¿Y ahora qué es lo que nos pide? ¿Que nos convirtamos en cómplices? La respuesta es no", dijo Fofi Yenimatá, presidenta del socialdemócrata Pasok.

CONTENIDO DE LA LEY. La ley contiene 13 requisitos previos acordados con las instituciones entre los que figura la privatización parcial de la compañía de distribución de electricidad (ADMIE), la nueva tabla salarial del funcionariado y la creación de un fondo de privatizaciones, que será supervisado por Grecia y sus acreedores.

Respecto a la venta de las deudas morosas, en el paquete aprobado este martes tan solo se incluyen las relativas a empresas con una plantilla superior a 250 empleados y una facturación de más de 50 millones de euros al año, así como de viviendas secundarias. Según informaciones del diario griego Imerisia, entre las empresas extranjeras con interés en comprar carteras de préstamos en mora figuran varias españolas.

La nueva legislación prevé que los fondos privados que deseen actuar en Grecia deben disponer de un capital mínimo de 100.000 euros, funcionar bajo la supervisión y con permiso del Banco de Grecia y tener una sede o bien en este país o en algún Estado del espacio económico europeo.

La cesión o venta de una deuda se permite solo para préstamos, cuyo pago lleva un retraso de al menos 90 días. 

Esta disposición legal tiene muchos críticos en Grecia, incluido el propio Gobierno, que hace unos meses había rechazado categóricamente la venta de préstamos a empresas en el extranjero. Los críticos advierten que estas carteras de créditos se malvenderán, provocarán el cierre de aún más empresas y engrosarán así el ejército de parados.

Entre los asuntos peliagudos que han quedado para el año próximo está la reforma laboral y las pensiones, dos temas con un gran potencial conflictivo en una sociedad que lleva más de seis años padeciendo recortes. 

Tsipras ha asegurado que evitará bajar las pensiones principales, pero no ha prometido nada para las auxiliares, que conforman la tercera parte de los ingresos de un jubilado, y son financiadas exclusivamente con las aportaciones de patronos y empleados. En total, Grecia debe ahorrar el próximo año 1.400 millones de euros a través de la reforma del sistema de pensiones.

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