Una granjera que es la leche

Pasó de urbanita a ruralita en un salto sin red, pero Marta Álvarez Quintero logó hacer de Granxa Maruxa una explotación diferenciada y ecológica y se convirtien una ganadera que sabe 

MARTA ÁLVAREZ Quintero está acostumbrada a la etiqueta de mujer rural emprendedora. Su sentido del humor y su creatividad hacen que parezca una imagen de eterna optimista, pero detrás de esa sonrisa se esconde el tesón de una persona que sabe reinventarse ante los imprevistos y los tropiezos. No fue el suyo un camino de rosas, aunque Granxa Maruxa seduzca al visitante con su idílico paisaje, con la música de Mozart sonando como telón de fondo en los establos para tener unas vacas "más felices" o por ser una explotación pionera de la producción de leche ecológica.

Hablar con Marta Álvarez es una sucesión de descubrimientos. En septiembre del 2000 aparcó su carrera de Empresariales y dejó la vida urbanita para convertirse de forma repentina en una ruralita. Cambió Vigo por Cumbraos, en Monterroso, para tomar las riendas de una explotación creada por su padre en los años 50. Su inmersión en el campo fue como una revelación, quizá porque las vacas fueron a buscarla. Los animales se escaparon de la granja arrendada por sus progenitores y llegaron hasta la puerta de su casa, situada en las cercanías. "Las conduje de vuelta al establo y me pareció fácil". Imaginó que aquella caminata de un kilómetro podía prolongarse y, cuando los inquilinos terminaron el contrato, se hizo cargo de las instalaciones. "Así como aterrice en un mundo totalmente desconocido para mí, pero que me subyugó", cuenta.

Muchos pensaban que Marta Álvarez duraría poco como ganadera, pero Granxa Maruxa cumple 20 años. Al volver la vista atrás, esta inquieta mujer no cambiaría su vida campestre por la de una experta en números y balances, pese a que su experiencia no estuvo exenta de dificultades. El periodo de aprendizaje fue duro. Los partos, las mamitis y otros problemas cotidianos de las vacas le eran ajenos. En 2002, cuando ya estaba adaptada a la realidad rural, sufrió un varapalo. Le sacrificaron las vacas ante un brote de tuberculosis, que finalmente resultó ser una falsa alarma, unos días antes de estrenar su nueva granja. Trajo otros ejemplares de Holanda y desarrolló la idea de "hacer algo diferente, en modo aldea. Las vacas te ralentizan el ritmo. Te enseñan a tener paciencia y a respetar la naturaleza". Ese modo aldea es para ella una filosofía vital.

Granxa Maruxa nació con la aspiración de ser un proyecto distinto, con una decidida apuesta por la producción ecológica y el bienestar animal. Su medio centenar de vacas puede dormir dentro o fuera del establo, al son de la música clásica. La recreación artística va más allá. Quizá por influencia estética de su madre, la reconocida fotógrafa Mary Quintero, Marta adornó con murales y fotografías las instalaciones. "Encargo las pinturas a artistas que voy conociendo. Son trabajos muy coloristas, adaptados al entorno. La gran mayoría de las granjas son feas, pero con un poco de color y orden, la imagen cambia mucho", afirma Álvarez. El verde y el morado destacan en unas paredes que alegran un entorno en el que sobresale la carballeira cercana al río Rao.

OTRAS INICIATIVAS. Tras su reconversión a la producción ecológica, a Marta Álvarez se le ocurrió recuperar la tradición de elaborar las galletas de nata que hacían las abuelas. Las maruxas, ese era su nombre comercial, nos traían a la memoria los sabores de la infancia. Distribuyó este producto junto a una socia y la iniciativa le valió el premio Alimentos de España, que concede el Ministerio de Agricultura. Al romper la sociedad, Marta volvió a hacer gala de su carácter emprendedor en la búsqueda de nuevas oportunidades para diversificar la producción, junto a su hermana María. Cuando la industria láctea le puso problemas a la venta de leche desnatada, ambas contactaron con otras socias para poner en marcha la empresa de cosméticos Muuhlloa, con ingredientes kilómetro cero. Las principales materias primas son la leche ecológica de Granxa Maruxa y las plantas de Milhulloa, una cooperativa que cultiva hierbas medicinales. Con ambos elementos hacen leche corporal, crema facial regeneradora o una curiosa loción capital basada en una receta extraída de un libro del siglo XII.

Granxa Maruxa también formó con Granxa A Cernada, de Palas de Rei, la cooperativa As Vacas da Ulloa, un proyecto enfocado hacia la producción de la leche fresca y yogures ecológicos, además de investigar otras líneas de productos. Esta sociedad prevé lanzar este mes la marca de leche "Sen Máis", "que será blanca y en botella, la de toda la vida. Apostamos por acercar a los consumidores un producto natural y de calidad, una leche del día y de animales alimentados de forma ecológica, en pastoreo", resalta Álvarez.

AGROCUIR. Las aventuras de Marta Álvarez no terminan ahí. Es también una de las impulsoras del festival LGTBI Agrocuir, que suma siete ediciones. Solo se suspendió en agosto a causa de la pandemia. Comenzó celebrándose en Granxa Maruxa, pero se hizo necesario un nuevo recinto al dispararse la la afluencia de gente.

"La idea partió de un grupo de amigos de la comarca, que decidieron hacer una versión rural del Día del Orgullo Gay. Tratamos de vincular la fiesta al espíritu de las antiguas romerías", manifiesta la ganadera de Cumbraos. La experiencia fue "increíble, por la acogida que tuvo el festival. Es una convocatoria que se integró perfectamente en el pueblo, además de atraer a gente de fuera".

Algunos de los organizadores fueron invitados a universidades de Nueva York y Holanda para analizar el Agrocuir como ejemplo de visibilzación del colectivo LGTBI en el medio rural.

→ Muuhlloa La firma de cosméticos Muuhlloa dio sus primeros pasos en 2016. Junto a Marta Álvarez forman parte de la misma su hermana María, Chusa Expósito, Carmela Valiño y Anxos Xunqueira. La finalidad del proyecto es comercializar una cosmética ecológica y totalmente sostenible, así como recuperar la flora autóctona para sus formulaciones.

→ As Vacas da Ulloa Este proyecto cooperativo, promovido por Granxa Maruxa y la granja A Cernada, nació para comercializar leche fresca pasteurizada y yogures. Su objetivo es recuperar los sabores de toda la vida.

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