Varios gobiernos municipales viven en el alambre después de un año de mandato

Monterroso, donde se mantiene la inestabilidad, y Vilalba protagonizaron sonadas rupturas 
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photo_camera Pleno del Concello de Monterroso del pasado mes de enero. SEBAS SENANDE

La estabilidad es la nota predominante en la mayoría de los ayuntamientos lucenses cuando ya transcurrió un año desde la constitución de las corporaciones. Las excepciones son Monterroso, con dos coaliciones frustradas en estos doce meses, y Vilalba, tras la reciente ruptura del gobierno. Las diferencias políticas y personales tensionan la actividad en O Valadouro, donde PSOE y BNG fueron incapaces de llegar a un acuerdo. La hostilidad preside las relaciones entre Camiña Sarria, encabezada por el alcalde Claudio Garrido, con los socialistas y, en menor medida, con el Bloque. Los pactos puntuales son la tónica habitual en O Corgo, donde rompieron PP y Cs, y en Burela, donde los nacionalistas no se a coaligaron con el PSOE. En Mondoñedo, la renuncia de la popular Elena Candia para encabezar la lista del PP por Lugo a las autonómicas propició un cambio en la alcaldía. Su sucesor fue Manuel Otero Lugilde.

¿Tercera crisis en Monterroso?

AppleMarkEl Concello monterrosino es un caso único en España, con dos cismas en el ejecutivo en menos de doce meses. Y aún podría llegar un tercer terremoto institucional en función del fallo que emita el juzgado de lo Contencioso número dos de Lugo sobre la expulsión del regidor, Antonio Gato (en la imagen), del grupo Independientes por Monterroso (IxM). La decisión judicial puede abrir las puertas a una moción de censura si el mandatario es apartado del grupo. Esta es inviable ahora, ya que sus compañeros de lista incumplirían la ley antitransfuguismo.

Antonio Gato cesó de sus cargos a los tres concejales de IxM en octubre, poco después de que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia diese la victoria a esta formación en las elecciones con un voto de diferencia sobre el PSOE. Ya en diciembre, tras una temporada en la que gobernó por decreto, Gato rubricó un acuerdo con el PSOE y Compromiso por Galicia, que se hizo trizas a principios de mayo, al destituir el alcalde de sus delegaciones a los tres ediles socialistas para quedarse con el único apoyo del concejal de CxG.

Primer asalto en Vilalba

2020061712225826600La alcaldesa vilalbesa, Elba Veleiro (en la imagen), afronta en el pleno de este miércoles su primera prueba de fuego en minoría. La destitución del portavoz de Vilalba Aberta, Modesto Renda, fulminó el pacto que sirvió para derrocar al PP. Veleiro alegó falta de confianza en Renda, aunque las razones reales pueden deberse al protagonismo que adquirió este en la gestión gubernamental.

Los debates de la sesión permitirán medir el distanciamiento entre ambas formaciones, con las heridas aun abiertas. Habrá que ver si los socialistas y la candidatura asamblearia mantiene un espíritu de consenso en algunos temas, como las medidas ante la crisis del Covid-19, o si Vilalba Aberta hace pinza con el PP. Las amplias atribuciones de los regidores les permiten gobernar con cierto margen, pero hay cuestiones como la aprobación de los presupuestos que se convierten en arma arrojadiza en las corporaciones fragmentadas.

Las tormentas sarrianas

                                    La aprobación de los presupuestos es una de las asignaturas pendientes del ejecutivo sarriano. Claudio Garrido (en la imagen) depende del apoyo del BNG. Aunque negoció algunas iniciativas con los nacionalistas, la relación no es fluida. Sarria Camiña, que gobierna con Benjamín Escontrela (Galicia Sempre), entabló conversaciones para la investidura con otras fuerzas, incluido el PP, y evitó inicialmetne al Bloque. Finalmente, este grupo le obligó a cambiar las asignaciones salariales y de los órganos colegiados. También tuvieron diferencias en los pagos de subvenciones a clubes.

El enfrentamiento entre Garrido y la portavoz socialista y exalcaldesa, Pilar López, parece irreversible, aunque en el seno del PSOE existen sectores que abogan por un acercamiento al sector disidente que creó Sarria Camiña, algo que parece imposible mientras López lleve la voz cantante.

Equilibrismo en O Valadouro

AppleMarkLa mala relación entre el regidor socialista, Edmundo Maseda (en la imagen), y el portavoz nacionalista, Eduardo Chao, hicieron imposible la repetición de la alianza de izquierdas en O Valadouro. La falta de sintonía se evidenció en la campaña electoral, con ataques inapropiados. El regidor negoció con el Bloque la investidura, pero tras su designación comenzaron los regateos con las dedicaciones exclusivas y se rompió la baraja.

Sin proyecto presupuestario, Maseda se ve obligado a hacer equilibrismo. El BNG le tumbó su plan de arreglo de caminos forestales, al que iba gran parte de los remanentes de tesorería, al considerarlo un pleno encubierto. Desde entonces se celebran plenos con frecuencia para aprobar inversiones concretas con intercambio de contrapartidas entre ambas formaciones. Chao consiguió que se destinasen 100.000 euros a ayudas para pagar la factura eléctrica.

Diálogo en O Corgo

Generated by  IJG JPEG LibraryEl acuerdo entre PP y Ciudadanos saltó por los aires al poco tiempo en O Corgo. En febrero, la negativa del BNG a pactar con la formación naranja frenó una moción de censura contra el popular Felipe Labrada (en la imagen), auspiciada por el PSOE. La pandemia paralizó la actividad política, aunque los grupos mantuvieron un diálogo para que cada uno aportase ideas con el fin de adoptar medidas contra la crisis del Covid. Este espíritu negociador ya era habitual en el anterior mandato, por lo que todo apunta a que se mantendrá esa dinámica de oposición constructiva.

Pactos puntuales en Burela

2020061712225795300Burela, donde la corporación tomó posesión en diciembre al repetirse los comicios en la mesa de O Perdouro, es otro ejemplo de gobierno en minoría. El BNG no apoyó al socialista Alfredo Llano (en la imagen), por discrepancias en el reparto de concejalías. También pesó en la formación frentista ver su labor rentabilizada por el regidor, como cabeza visible del gobierno. El Bloque ejerce una oposición crítica, sin renunciar a acuerdos puntuales. En el último pleno obligó a un cambio en el reparto de fondos del plan único. Llano iba a destinarlos a la segunda fase de la urbanización de la calle Rosalía de Castro, pero se gastarán en otros viales propuestos por los nacionalistas.

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