Francisco Aldegunde Dorrego

Aldegunde Dorrego, primer arzobispo de Tánger

El franciscano de O Corgo participa en el II Concilio Vaticano II de Roma, donde había estudiado Filosofía

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El Progreso 26/10/2020

LOS ALDEGUNDE DORREGO fueron trece hermanos nacidos en la parroquia de San Cristovo de Chamoso. El segundo de ellos es Francisco (O Corgo, 1896),  que llegará a ser el primer arzobispo de Tánger y cuyos últimos años, siendo ya arzobispo emérito, los dedica a recopilar y ordenar la obra de su hermano mayor, Luis, sacerdote, filólogo, recolector de refranes gallegos y autor de nuevas voces para el diccionario de Marcial Valladares.

A los trece años, Francisco ingresa en el  Colegio franciscano de San Antonio en Herbón (Padrón), donde cursa Humanidades tras superar una grave crisis de salud.

En Santiago continúa los estudios de Filosofía y Teología, para ser consagrado presbítero en 1922 por el obispo de Lugo Plácido Ángel Rey Lemos, de quien se considera discípulo.

También estudia en la Escuela Normal de Maestros y es destinado a Roma para cursar tres años de estudios superiores en el Ateneo Antoniano que lo posibilitan para ser profesor en Ourense y lector general de Filosofía en la facultad compostelana. Su tesis se centra en la metafísica. 

Vencida otra crisis de salud, en septiembre de 1933 es enviado por el padre general a Bolivia donde permanece tres años como profesor del Colegio de Potosí. A su regreso, y durante los primeros años de guerra, será vicerrector del Colegio Franciscano en Santiago.

Un trabajo suyo, La personalidad filosófica de Luis Vives, merece una mención especial del Ministerio de Educación con motivo del IV centenario del filósofo. Otra de sus obras es Misión franciscano española de Marruecos: cien años de acción (1860-1959), (Tánger/1961). 

De 1941 al 47 es superior principal y definidor general de la Orden Franciscana en Roma.

En esa fecha es nombrado obispo de Fussala, de cuya consagración celebrada en la Basílica de San Antonio de Roma son padrinos Franco y Carmen Polo.

Pasa después a ser vicario apostólico de Marruecos y cuando el Vicariato es elevado a la categoría de una nueva Archidiócesis bautizada como Tingitana el 14 de noviembre de 1956, es designado su primer arzobispo, circunstancia por la cual el ayuntamiento de O Corgo lo nombra hijo predilecto.

Los años pasados en Marruecos van unidos a la construcción de la catedral de Tánger, que se levanta inmediata al arzobispado. 

También llamada la Española, está dedicada a la Inmaculada Concepción, y al Espíritu Santo, en recuerdo de una anterior capilla. La primera piedra data del 4 de junio de 1953 y el 8 de diciembre de 1961 se celebra el Rito de Bendición y Dedicación de la Catedral, sufragada por el Estado español. Su arquitecto es Luis M. Feduchi.

Durante ese acto, Aldegunde resalta la  hospitalidad marroquí que hace posible la construcción del templo y que, como él, se podrían levantar otros, ya que eran en honor del Dios único sin distinción de razas. Agradece a Franco la generosidad demostrada y da lectura a un telegrama de Juan XXIII con su bendición apostólica.

Alberto José Darías Príncipe ha escrito el trabajo “La arquitectura al servicio del poder. La catedral de Tánger como catarsis de las frustraciones coloniales españolas”.

Otras iniciativas del franciscano lucense en Marruecos fueron la publicación del Boletín Oficial del Vicariato, el congreso mariano de Tetuán y el congreso eucarístico de Tánger.

Aldegunde participa en el Concilio Vaticano II y el 17 de diciembre de 1973, cuando tiene 77 años, presenta su dimisión. Morirá diez años más tarde, el año 1983, lo cual demuestra que padecía una débil salud de hierro.
 
  

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