Las flores de la madre de Desirée aparecen en la basura del cementerio

El padre y otros familiares de la menor fallecida en Muimenta se personaron este viernes en el juzgado de Vilalba para tratar de conseguir información, pero el secreto de sumario continúa

Imagen del ramo dentro de un contenedor situado junto a la puerta del cementerio. EP
photo_camera Imagen del ramo dentro de un contenedor situado junto a la puerta del cementerio. EP

Seis días después del entierro de la pequeña Desirée, la niña que apareció muerta en su cama en Muimenta el viernes 3, el cementerio de la parroquia xermadesa de Roupar, de donde es natural su familia paterna, continúa lleno de flores que recuerdan el dolor y la tragedia del fatídico suceso que conmocionó a la comarca chairega. Pero uno de los ramos, el de su madre, no está junto a los demás y apareció este viernes en el contenedor que hay en la entrada del camposanto.

Las flores con dedicatorias de amigos, familiares, compañeros de la escuela, del asociacionismo de Muimenta o de la escuelas deportivas de Cospeito, que este sábado participan en los Xogos da Mancomunidade donde se la recuerda con su número de dorsal en el de todos los asistentes, continúan concentrados en un rincón del cementerio, cerca del lugar donde fue enterrada la pequeña el domingo, el mismo día que se celebró una "misa de ángeles" para despedirla en una iglesia abarrotada de gente.

El cementerio de Roupar es el único municipal de Xermade pero son los propios vecinos los que se encargan de la limpieza y el mantenimiento de los nichos. También de retirar las flores y cualquiera pudo tirar el ramo de la madre a la basura.

La progenitora continúa en la unidad de psiquiatría del Hula, donde está ingresada desde el día del fallecimiento de la pequeña

El mismo ramo, que este viernes estaba deshecho y con la cinta de la dedicatoria arrugada dentro del contenedor que está pegado a la puerta del cementerio, ya protagonizó un momento de tensión extraña el propio día del entierro. Ante la ausencia de la progenitora, que ya estaba ingresada en el hospital, se produjo un silencio cuando los responsables de la funeraria leyeron la dedicatoria.

Fue uno de los últimos ramos en salir de los muchos que había en el coche y ante el silencio inicial de los asistentes tuvo que presentarse una voluntaria para llevarlo hasta dentro.

Aunque la niña vivía en Muimenta con su madre y con su abuela, el entierro se organizó en la parroquia xermadesa de Roupar por decisión paterna y ante la situación de la madre, que estaba ingresada en el hospital, en la misma unidad de psiquiatría del Hula, donde continúa desde el día que falleció Desirée.

Allí está controlada pero puede recibir visitas. Según algunas fuentes cercanas, estuvo muchos días acompañada por su padre. Y su madre, con la que vivían ella y la menor, también fue a verla. Aseguran que es consciente de que su hija ya no está, pero no de mucho más.

El caso continúa bajo secreto de sumario y el Juzgado de Instrucción Número 1 de Vilalba, que también indaga las filtraciones a los medios de comunicación de datos de la causa, que es secreta, blinda cada vez más toda la investigación.

Este viernes el padre de la pequeña Desirée, acompañado por otros familiares, se personó por la mañana en sede judicial en la capital chairega para solicitar información sobre la muerte de su hija. Pero se fueron sin respuestas por parte de los responsables de la investigación.

Comentarios