La primera derrota del Breogán llegó en la jornada 12. No puede reprocharse nada al equipo de Natxo Lezkano, lastrado por un virus que obligó a Sulejmanovic y Fuzaro a quedarse en Lugo, a Demetrio y Lofberg a visitar el hospital de Huesca la noche anterior al partido y a algunos jugadores a jugar con vómitos, como Salva Arco, y otras molestias.
Los lucenses aguantaron hasta el descanso, en un ejercicio de heroicidad dadas las circunstancias. Incluso se fueron a los vestuarios dos puntos por delante (34-36), pero acabaron cayendo ante el Levitec Huesca por 87-76. Los triples oscenses decantaron la balanza: 13 de 25 para los locales desde la larga distancia.
El Cafés Candelas Breogán se mantuvo en el partido gracias a un enorme esfuerzo colectivo y al acierto anotador de Stainbrook y Uriz, que sumaron 21 y 18 puntos respectivamente.
Demetrio y Lofberg pasaron x el hospital en Huesca, Arco con vómitos por la noche. Emir y Fuzaro no viajaron. Y algún otro con síntomas.... @CBBreogan
— Paco Basanta (@PacoBasanta) 3 de diciembre de 2017
Solo ocho jugadores saltaron a la pista por los lucenses, uno de ellos el canterano José Antonio López. El Breogán hizo todos los trámites para suspender el partido, enviando incluso informes médicos a la Federación, pero se encontró con la negativa desde las altas instancias. Pese a la derrota, y a perder la condición de invicto, sigue líder de la LEB Oro, aunque ahora empatado con el Prat, que ganó en Cáceres y también tiene un balance de 11-1.