La Festa Normanda triunfa bajo el sol

La invasión nórdica, de la que llevan ocho años defendiéndose los focenses, gana en público y escenificaciones

Festa Normanda. PALEO
photo_camera Festa Normanda. PALEO

La playa focense de Tupide se parece cada vez más al anfiteatro de Mérida. En su platea de arena actores aficionados, con portentosas voces propias del mundo teatral, logran hacerse oír entre un público que abarrota los diques y el paseo marítimo. Nadie quiere perderse la representación del año: la llegada de los navíos normandos al arenal y su enfrentamiento con los campesinos locales, haciéndose eco de un relato histórico o de una leyenda sobre invasiones nórdicas.

Series de televisión, como Juego de Tronos y Vikingos, estimulan recreaciones en las que vecinos, familias y hasta los visitantes, deciden ataviarse para simular una época anterior al siglo X.

La colonización también se hace por tierra. Instantes antes del desembarco, las huestes formadas sobre todo por miembros de asociaciones de memoria histórica, reciben una arenga y los parámetros a seguir. "¿Alguna novedad este año?". "No. Básicamente volvemos a perder". Y a esta derrota van de antemano, con humor, pero tomándose en serio el papel que van a representar.

Manolo Chinchón inerpretó al Bispo Santo, papel que escenificó hasta 2012 su amigo íntimo, el finado 'Yoyo'

La voz de Tono Alonso, director del colegio focense Martínez Otero, inundaba el entorno. Fue el narrador omnisciente de todo cuanto se iba a representar. En su relato hizo justicia con los foráneos, asegurando que esos hombres y mujeres del norte demostraron tener un "código de lealdade superior" a cuanto se rumoreaba sobre ellos. En la escenificación, fueron unos niños quienes dieron las voces de alarma: "Mamá, chega xente estrana, escura. Dánme moito medo!". Mientras tanto, los normandos gritaban: "Terras verdes! Por Odín!".

Antes y después de la representación, durante toda la jornada en la que brilló el sol y desde el puerto pesquero hasta la playa de A Rapadoira, el público atestaba las calles. Gran parte, iban ataviados para la ocasión y no solo en los campamentos utilizados para la recreación histórica.

El olor de los asadores de cordero, cochinillos y todo tipo de carnes de un restaurante de Baralla, abría el apetito, al igual que algunos de los dulces de los puestos del mercado apostados frente al puerto pesquero.

El expositor de la pastelería focense Xoyma, al frente del cual estaba la madrileña Carmen Delgado, habitual veraneante de Foz, vendía con éxito su Torta Normanda; su basílica de San Martiño de Mondoñedo hecha de chocolate y sus zapatas de San Gonzalo.

La historia del supuesto Bispo Santo es más bonita en la realidad lo que el público de fuera de Foz pueda imaginar. Lo encarna Manuel Méndez Moreda, más conocido como Manolo Chinchón -del Bar Muelle-, desde hace siete años. Es especialmente emotivo para él, que no tiene vínculos con el mundo teatral, porque tuvo que tomarle el relevo al anterior intérprete de Don Gonzalo, una persona muy querida en la villa que finó en 2012, "Yoyo"; íntimo amigo suyo, además.

La cita acabó con la quema de una de las naves normandas que no lograron huir de la playa -de cartón, obviamente-. Las demostraciones de antiguos oficios, las batallas de espadas de cartón piedra, que tanto gustan a los niños, y los juegos, muchos de ellos con alpacas de hierbaseca para demostrar la fuerza al lanzarlas, entretuvieron a los presentes en la última fiesta del verano en Foz.

Comentarios