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Feijóo cambia el pie en Lugo

La designación de Arias como delegado abre un nuevo escenario para el PP de cara a 2023
Carballo y Candia entregan una tarta a Feijóo para celebrar su triunfo electoral. SEBAS SENANDE
photo_camera Carballo y Candia entregan una tarta a Feijóo para celebrar su triunfo electoral. SEBAS SENANDE

EL PP DE LUGO es fiel a Alberto Núñez Feijóo como en su día lo fue a Manuel Fraga. El partido sabe lo que se juegan los alcaldes de los pequeños municipios de la provincia cuando desde Santiago tocan a rebato en cada cita autonómica. Sobre todo porque con un gobierno de la Diputación en manos de socialistas y nacionalistas y un Estado que considera a los lucenses ciudadanos de tercera, lo que les queda es tratar de que la Xunta atienda aquellas necesidades que sus limitados presupuestos no pueden permitirse.

Feijóo sabe que Lugo es uno de los pilares de sus mayorías y por eso la confección de las candidaturas suele ser consensuada con la dirección del partido en Lugo, quizá para evitar situaciones como las vividas por los socialistas y su lista elegida por aclamación —y no por votación, como era costumbre—, y que acabó por desmotivar a los alcaldes del PSOE encargados de movilizar el voto. Así, la presidenta del PP de Lugo, Elena Candia, lideró una lista provincial en un gesto que se interpretó como una invitación a integrar en el futuro el Gobierno gallego y en los puestos de salida también entraron dos de los pesos pesados del partido en la provincia, José Manuel Balseiro y Ramón Carballo. Al primero se le presumía que integraba la candidatura como figurante para luego, como había hecho cuatro años antes, dejar el escaño para dirigir la delegación de la Xunta. Al segundo se le situaba en el Parlamento como un gesto de agradecimiento por haber aceptado el reto de ser el enésimo aspirante a sacar a los socialistas de la alcaldía de Lugo.

El resultado de esas elecciones marcadas por el covid-19 fue una nueva victoria incontestable de Feijóo en Lugo y también de un partido que movilizó como nunca a sus bases en un momento en el que la crisis sanitaria generaba incertidumbre sobre la posibilidad de que los populares retuviesen la Xunta. Por ello se llegó a especular con que el presidente premiase de alguna forma esa dedicación, ya fuese con la adjudicación de alguna consellería vacante, la ratificación en el cargo de quienes se afanaron en el trabajo político o la adjudicación de alguno de los bien remunerados puestos de la Mesa del Parlamento.

Pero quienes conocen al presidente del PPdeG saben que no es amigo de la cuotas provinciales y si los cambios en su gobierno fueron para dar más perfil técnico a aquellas consellerías más expuestas a la crítica por la crisis del covid, la renovación total de las delegaciones dejó a muchos con el pie cambiado. Y no solo a los disciplinados cargos populares, también a los políticos rivales que miran con recelo las caras nuevas que llegan a intentar marcar la agenda.

Javier Arias, un joven funcionario y con ADN del PP lucense, fue el elegido por Feijóo para relevar a un bregado Balseiro en la delegación de Lugo. Algunos esta designación ya la interpretan en clave de baza electoral para las municipales de Lugo en 2023, en las que el hijo podría completar la faena que dejó a medias el padre hace 21 años. Aunque antes de eso al chaval aún le quedan muchos muletazos por dar.

Recelos en el bipartito
La alcaldesa Lara Méndez quiso aclarar durante una reciente entrevista a este diario que la mayoría de los proyectos que están sacando adelante las áreas nacionalistas del Concello habían sido impulsados en el mandato anterior. El recelo en los gobiernos bipartitos a cuenta de quién se cuelga las medallas de la gestión no es nada nuevo y no tiene por qué afectar al acuerdo programático, pero sí que chirría desde fuera.

Cs recupera a Olga Louzao
La dirección regional de Cs decidió recuperar para la causa a la concejala de Lugo Olga Louzao nombrándola secretaria de organización, un papel protagonista a nivel autonómico que ya había tenido cuando era portavoz de la ejecutiva gallega. La lucense se alineó en su día con el sector del partido que apoyó a Francisco Igea frente a Inés Arrimadas y por eso durante este tiempo estuvo en fuera de juego a nivel orgánico.

Dos estilos en política
Gonzalo Caballero y Ana Pontón visitaron esta semana Lugo coincidiendo con un San Froilán atípico para reunirse con cargos públicos de su partido y atender a los medios de comunicación, aunque en este último caso marcando los diferentes estilos que les definen. El primero ofreció unas declaraciones a la puerta de la Diputación y la segunda prefirió un café informativo en un intento de empatizar con los periodistas.