La familia de nabos más grande de Gracián

Alguna de las hortalizas cultivadas por Darío Silvosa en Castroverde supera los 13 kilogramos de peso
Darío Silvosa, con los cuatro nabos. EP
photo_camera Darío Silvosa, con los cuatro nabos. EP

La casa de Darío Silvosa y Pilar Docando está llena de marcos de fotos, como tantas otras. Sin embargo, hay una de ellas que llama la atención. Ni primo, ni hija, ni parientes: ¡un nabo! Un nabo que hace diez años había sido noticia en este medio, por haber alcanzado los diez kilogramos de peso.

Bien, pues en las vitrinas de su casa en Gracián, en el municipio de Castroverde, ya tendrán que hacer sitio para otra. Esta vez, la familia crece con cuatro nuevos miembros que también rondan los diez kilos, aunque uno quiso batir un nuevo récord y sumar tres más.

A los nabos les pasa como a las personas, en cierto modo. Dice Darío Silvosa que el secreto de que crezcan tanto es que lo hacen con mucho espacio alrededor. "Se non, coma dicimos na aldea, quedan espesos", explica. Seis metros cuadrados para doce nabos, esa parece ser la ecuación del milagro.

Lo siguiente será quitarles la berza, que les servirá de abono. En otro lugar, como manda la sabiduría, volverán a plantar los bulbos para verlos florecer en junio, y más adelante extraer de ellos unas de las mejores semillas de nabos del país. Seguro que el álbum no acaba aquí.

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