La familia detrás de Ander Cantero, uno de los héroes de la permanencia

El guardameta fue una pieza indiscutible en la consecución de la salvación del Lugo y los suyos afirman que ha crecido mucho como futbolista y que se encuentra a gusto en la ciudad
2020072613293569629
photo_camera Ander Cantero posa con sus padres en su presentación como jugador del Lugo. EP

El guardameta navarro del Lugo, Ander Cantero, fue esta temporada una pieza fundamental para lograr la salvación. Después de llegar como suplente de Alberto Varo, Cantero no tardó en hacerse con las riendas de la portería lucense y convertirse en indiscutible para los tres entrenadores que han pasado este año por el banquillo rojiblanco.

Estudiante de psicología, ha aplicado sus conocimientos para ayudar a sus compañeros y resistir bajo la soledad de los tres palos. Como todo gran futbolista, su familia ha sido un pilar clave de su crecimiento. Sus padres han sido unos lucenses más durante este año y le han apoyado desde la distancia. Su padre, Mikel Cantero, cuenta cómo se fraguó su fichaje por el Lugo y la importancia del preparador de porteros, Roberto Fernández, en su llegada al Ángel Carro.

"A final de temporada se puso Roberto Fernández en contacto con él, a ver si le interesaba el proyecto del Lugo. Ander creía que era una salida bonita. Siempre se ha visto en los últimos años al Lugo como un equipo que jugaba bien al fútbol. El Villarreal no quería dejarlo marchar pero el Lugo quería tenerlo en propiedad y al final se pusieron de acuerdo los dos clubes", indicó Mikel.

Situaciones como la de Campillo, que baraja su retirada por las lesiones, acrecientan todavía más la importancia de forjarse un futuro más allá del fútbol. Ander Cantero lo tiene claro y ha elegido una titulación muy relacionada con la figura del portero: psicología. "Está haciendo psicología en la universidad a distancia de La Rioja. El fútbol el día de mañana se acaba y los estudios ahí los tienes para siempre. Va a trancas y barrancas pero lo va sacando y eso es lo importante", comenta entre risas un Mikel Cantero que como cualquier padre, exige lo máximo en la parcela académica.

El guardameta del Lugo ha vivido una temporada de infarto, con la Segunda División B muy cerca durante todo el año. Ese sufrimiento también se ha trasladado a su familia. "Hemos sufrido como perros. Con la presión del descenso de Majadahonda del año pasado, esperas que no te toque otra vez, porque son situaciones duras. Además, se junta el tema del Covid-19, que al fin y al cabo ha supuesto otro peso añadido a la presión psicológica. Se ve muy bien cómo entrenan los jugadores de Primera División en casas que son como palacios, pero la mayoría de futbolistas han tenido que prepararse en pisos de 70 metros. Ander si saltaba le pegaba al techo de lo alto que es. Ahora nos reímos, pero ha sido muy duro", indicó.

El vaivén de entrenadores que ha tenido el cuadro rojiblanco este año siempre es una incógnita para los futbolistas, ya que nunca saben que rol tendrán con el nuevo técnico. "El cambio de entrenador fue una cosa un poco inesperada y faltando apenas seis jornadas. Fue duro, tienes que cambiar el chip. Están muy contentos porque lo que más se ha valorado de la llegada de Juanfran es el aspecto psicológico. Han sacado lo mejor de ellos", explicó.

La familia Cantero se encuentra muy feliz con su estancia en Lugo. Han disfrutado de la ciudad amurallada aunque les ha quedado una espina clavada al no poder disfrutar de un evento importante. "La ciudad es muy bonita. La Muralla ya la conocíamos de años anteriores. La única pena es que nos faltó conocer el Arde Lucus para compararlo con los San Fermines. Tendrá que ser el año que viene", comentó entre risas Mikel Cantero.

Comentarios