El sacerdote José Sanfiz Díaz, párroco de Meira durante más de 50 años, fallecía esta madrugada a los 92 años en Lugo, causando un hondo pesar en todas aquellas que lo conocieron y lo trataron.
Lla capilla ardiente está instalada en la iglesia de Santa María de Meira, donde esta tarde se rezará el rosario y habrá ecaristía y misa a las 18.45 horas. Mañana martes, a las 17.00 horas, se oficiará el funeral y sus restos mortales recibirán sepultura en el cementerio parroquial, cumpliendo así con sus deseos.
Don José, como lo conocían sus fieles, nació en Santa María de Bóveda el 6 de diciembre de 1927 y, tras estudiar en el seminario lucense, se ordenó el 12 de agosto de 1951, a las seis de la mañana, en el Palacio Episcopal de Lugo de manos del obispo Doctor Balanza.
Su primer destino como cura ecónomo fue San Salvador de Sabadelle (Portomarín),pero poco después de ordenarse, el 22 de octubre de 1951, fue nombrado cura de Torneiros, parroquia polense en la que estuvo seis años, hasta que el 20 de enero de 1957 era designado cura de Santa María Meira, donde permaneció más de 50 años, hasta su jubilación.
Unas 300 personas se daban cita el 6 de diciembre de 2007, coincidiendo con su 80 cumpleaños, en un homenaje popular con motivo de su jubilación, que comenzaba con una misa en la iglesia parroquial de Santa María, presidida por Daniel García, que estuvo acompañado por una veintena de sacerdotes. Después se celebró una comida de confraternidad en el pabellón municipal.
Este emotivo acto fue solo una pequeña muestra de cariño de vecinos y familiares a una persona que todos destacan no solo por su contribución religiosa y social en Meira, sino también por su forma de relacionarse con los feligreses. "Para min era unha persoa moi especial e moi cercana, coa que podías falar de calquera cousa", recuerda el actual párroco meirego, Miguel Asorey.
El tener siempre una palabra adecuada o un consejo útil para quien atraviesa un momento difícil, la capacidad de diálogo o su mente abierta son algunas de las características que destacan quienes lo conocieron, que recuerdan también su implicación para impulsar la iglesia, promoviendo distintas obras de mejora, o su impulso a la construcción a la capilla de San Pedro de Vilardemouros.
Pese a convivir con una enfermedad renal buena parte de su vida, eso nunca le impidió implicarse socialmente e incluso ahora presidía la comunidad de vecinos del edificio en el que residía en Lugo y también supo sacar provecho a las nuevas tecnologías, usando una tablet para misar, ya que le permitía ampliar los textos para verlos mejor, y a las redes sociales, que manejaba con soltura.
Igual que le mostraron su cariño en vida, sus feligreses han ofrecido múltiples muestras de condolencia a la familia, a las que se han sumado desde el Concello meirego: "Queremos darlle o noso máis sentido pésame á familia de don José, unha persoa moi querida en Meira".
