Fallece a los 61 años Obdulia Fernández, cocinera y copropietaria de Casa Villar

El restaurante de Paradavella, en A Fonsagrada, es un lugar de referencia por su cocido y sus postres
Obdulia Fernández. EP
photo_camera Obdulia Fernández. EP

A veces había que esperar varios meses para tener mesa, como si se tratara de El Bulli. Y buena parte de la culpa la tenía Obdulia Fernández Arias, que con su habilidad en los fogones y su empatía con los clientes logró convertir Casa Villar, en Paradavella (A Fonsagrada), en lugar de peregrinación para los amantes del cocido. Nacida en Baleira, concretamente en O Trabeiro (A Fontaneira), acaba de fallecer a los 61 años víctima de una enfermedad que en su caso resultó irreversible.

Obdulia Fernández llevaba cerca de cuatro décadas residiendo en Paradavella, donde se había afincado tras su matrimonio con José Manuel Portela González. Juntos lograron convertir lo que no era más que una taberna con tienda de ultramarinos fundada hacia 1936 en uno los restaurantes de referencia en la provincia de Lugo a la hora de degustar el butelo, su producto estrella, siempre acompañado de generosas raciones de cachucha, chorizos, lacón, patatas, grelos y garbanzos. No menos abundantes eran sus variados y originales postres, de hasta cuatro o cinco tipos, que formaban parte de un calórico y exquisito menú.

La calidad del producto y del servicio, unida a la simpatía de los propietarios y al buen hacer de Obdulia, tanto como cocinera como en su faceta de repostera, hicieron de Casa Villar un lugar de encuentro para comensales llegados desde distintos puntos de Galicia e incluso de otras comunidades autónomas que debían formalizar su reserva con la debida antelación ante la elevada demanda existente. Para que nada faltase, el único hijo del matrimonio, José Manuel Portela Fernández, aportaba en su condición de galardonado barista gran pericia en la elaboración de cafés y gin-tonics.

Tan pronto se tuvo noticia del fallecimiento de esta hostelera se sucedieron las muestras de condolencia hacia su familia por tan irreparable pérdida, dado que además de ser una persona muy conocida era también muy querida por su afabilidad, cercanía y una perenne sonrisa en su rostro.

La capilla ardiente con sus restos mortales quedó instalada en la sala número 2 del fonsagradino Tanatorio Regueiro, donde se rezó un rosario. Fue el momento que muchos vecinos y amigos aprovecharon para trasladar el pésame a su viudo y a su hijo, así como a su hermano Francisco Fernández Arias (empresario afincado en Barcelona) y demás familia, entre los que se encuentran su madre política, Emérita González Díaz; sus hermanos políticos, sobrinos y primos.

La conducción del cadáver tendrá lugar a las seis de la tarde de este miércoles desde el tanatorio hasta el cementerio parroquial de Paradavella. Seguidamente, a las siete, se celebrará el funeral por su eterno descanso en la iglesia parroquial de esta localidad, enclavada entre O Cádavo y A Fonsagrada, en plena carretera LU-530.

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