El exjefe de Extranjería se enfrenta a nueve años de cárcel por el caso Carioca

Además del mando policial, también irá a juicio un funcionario por desviar clientes a su despacho de abogados. La Fiscalía exculpa a media docena de agentes, clientes habituales de los clubs de alterne, al no ver pruebas de delito
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photo_camera Uno de los agentes se tapa con una chaqueta al llegar al juzgado, en octubre de 2010. AEP

La operación Carioca sigue diluyéndose como un azucarillo. La Fiscalía acaba de despachar una de las piezas principales, la referida a la sección de Extranjería de la Policía lucense, con más de cien folios dedicados exclusivamente a justificar la exculpación de media docena de agentes, y solo cinco para argumentar la acusación contra uno de ellos, el jefe de la brigada, al que pide dos penas de cuatro años y seis meses de cárcel por dos expedientes irregulares de petición de prórroga, es decir, una minucia al lado de todo lo que había apuntado la jueza Pilar de Lara.

El inspector jefe Evaristo Rodríguez Sánchez, hoy jubilado, rendirá cuentas por no apoyar de forma documental la prórroga de residencia en España de dos prostitutas: tramitó los expedientes sin justificante médico, pese a que la solicitud era por enfermedad; dio por bueno que las chicas vivían en Lugo, cuando era falso; y no comprobó la relación con la persona que daba la cara por ellas, otra prostituta. Esos dos "errores" lo convierten en el principal acusado tras el proxeneta García Adán— de la operación Carioca, mientras sus compañeros de comisaría tomaron copas gratis y mantuvieron relaciones sexuales sin pagar, un día sí y otro también, en el Queens, sin que vayan a purgar ninguna pena.

El otro acusado por la Fiscalía es el abogado Germán P.D., funcionario del Estado adscrito a la Brigada de Extranjería de la comisaría lucense. Afronta 18 meses de multa y hasta cinco años de inhabilitación por negociaciones prohibidas a funcionarios y uso de información privilegiada. Todos los expedientes pasaban por sus manos, de hecho los dos casos por los que se acusa al inspector jefe fueron tramitados por él, sin embargo la acusación es por otro motivo, relacionado más con su profesión: el fiscal sostiene que aprovechaba la silla en la administración para derivar clientes a su despacho profesional de abogados o al de otros compañeros con los que estaba compinchado. Eso, además, con acceso a las bases de datos de la Policía.

La Fiscalía acusa al mando policial de prorrogar de forma ilegal la estancia en España de dos prostitutas del caso Carioca

LOS OTROS. Con acusaciones de colaboración con prostitución coactiva, cohecho o incumplir la obligación de perseguir delitos llegaban a la Fiscalía otros seis agentes, todos ellos exculpados ahora. Se trata de M.M.E, conocido por Melendi; G.F.M., alias Félix; M.C.G., Alejandro; J.M.D.S., El Perillas; L.F.G., Pelo blanco, y su hermano A.F.G.

Todos ellos eran habituales de los clubes de alterne del caso Carioca: Liverpool, La Colina, Eros... pero sobre todo del Queens, el macroburdel sin licencia oculto en O Ceao donde se citaban agentes de los tres cuerpos. El escrito de la Fiscalía dibuja la presencia de los agentes en el Queens como un hábito personal de ellos, en un local donde no está probado que las chicas ejerciesen la prostitución "bajo coacciones".

La presencia continua de los policías y su relación estrecha con las prostitutas es de "absoluta improcedencia y de falta de ética profesional", dice el fiscal. Añade que es un "comportamiento totalmente reprobable, aunque solo sancionable en el ámbito disciplinario", sin embargo las pruebas se basan en comentarios de unas chicas y de otras, algunas veces contradictorios, sin que su actitud pueda enmarcarse en un supuesto de "colaboración con la prostitución coactiva de las mujeres que trabajaban en dicho establecimiento, y menos que en modo alguno las intimidasen".

Un lento camino hacia la nimiedad 
Las piezas del caso Carioca, las que quedaron en pie sin ser archivadas, van camino poco a poco hacia el juicio, aunque adelgazadas y con pocos acusados. 

Principal 
La separata principal aún no tiene calificación del fiscal y el primer juicio, que iba a ser la piedra de toque con respecto a nulidades y cuestiones formales, se anuló en mayo por prescripción a pocos días de celebrarse. 

Doce años 
Se van a cumplir desde el inicio de la operación. De hecho, en la causa de Extranjería, la Fiscalía ya considera la circunstancia atenuante de "dilaciones indebidas" para rebajar las penas.

 

Jamón en la cocina con el proxeneta e insultos a las mujeres en su presencia

"Mira ahí tenéis a mis vacas, solo saben comer, beber y pacer, no hacen otra cosa, así están de gordas". Así se dirigía García Adán a las chicas en presencia de los policías, sin que estos hiciesen gala de su profesión para actuar. Todo lo contrario, entraban en el Queens "como si estuvieran en su propia casa", por la puerta de los empleados, y comían y cenaban con el proxeneta en la cocina, a base de "vino y jamón", que servía uno de los camareros del local. 

Así era la relación de los agentes con el sórdido local. Llegaban muchas veces en los coches patrulla, que dejaban aparcados sin pudor en la puerta, no faltaban nunca a las fiestas del dueño, consumían copas gratis y se acostaban con chicas, casi siempre de forma fiel cada uno con una o varias. De hecho llegó a haber celos. 

Las ruinas de la Carioca - La operación Carioca, relatada en dos minutos en su décimo aniversario

Pese a esto, la Fiscalía no cree que haya motivos para llevarlos a juicio. En relación con las mujeres, señala que no había constancia de que estuvieran obligadas: "Necesidad y vulnerabilidad, tomadas en el sentido que habitualmente reciben en el discurso socioeconómico, no bastan por si solas". 

Con respecto al cohecho (por tomar copas y mantener relaciones sin pagar), tampoco ve probado que exista: "En las declaraciones no se especifica a que agentes concretos se refieren, lo cual, evidentemente no puede considerarse como medio probatorio contra todos y cada uno de los imputados y mucho menos a la vista del elevado número de agentes que acudían". 

En relación al deber de perseguir delitos, ídem de lienzo: si no había prostitución coactiva pues no había delito que investigar. "Una vez más, ha de recordarse que el mero ejercicio de la prostitución o el lucrarse de la prostitución ajena no constituye delito alguno en tanto que esta se ejerza libremente", zanja.

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