La eterna batalla dentro de En Marea

La formación continúa desangrándose con luchas intestinas cuando se acerca un año electoral clave para consolidar las 'alcaldías del cambio'

Ada Colau (segunda por la derecha), con candidatos y alcaldes de las mareas, este sábado en A Coruña
photo_camera Villares, en 2016 en A Coruña con Jorge Suárez, Luca Chao, Martiño Noriega, Xulio Ferreiro, Ada Colau y Antón Sánchez. Eran otros tiempos. EFE

Hace dos años En Marea presentaba los resultados de sus primarias para las autonómicas que se celebrarían unas semanas después, la consulta que decidió la parte fundamental de sus primeras listas y proporcionó el aval que faltaba a la candidatura de Luís Villares. La votación decidió cómo se repartían los principales puestos de las listas entre las distintas fuerzas unidas en el proyecto, en un complejo proceso preelectoral en el que En Marea y Podemos acababan de cerrar un acuerdo de confluencia in extremis tras las discrepancias sobre la forma de la alianza. Hoy, dos años después, el partido instrumental —la segunda fuerza más votada en esas autonómicas de 2016— sigue azotado por las tensiones internas, ahora por su control. Y de nuevo con una cita electoral clave en el horizonte, la de las municipales del próximo mayo.

La cercanía de esos comicios, los que decidirán si tienen continuidad las llamadas alcaldías del cambio —con A Coruña, Santiago y Ferrol a la cabeza— y en los que la izquierda rupturista se juega su consolidación en el mapa político gallego, es precisamente uno de los argumentos con los que los críticos con la dirección que encabeza Villares urgen la renovación «inmediata» de la cúpula adelantando las elecciones internas previstas inicialmente para enero para reformular el proyecto. Es el último capítulo de la batalla intestina, el que se está escribiendo ahora mismo, y en el que los ‘díscolos’ aseguran que el mandato del actual Consello das Mareas —el órgano de dirección del partido instrumental, con 35 miembros— está "esgotado politicamente". En ese punto, avisan de que si no se agiliza el proceso de renovación están dispuestos a tirar de un trámite revocatorio.

El movimiento de demanda de cambio está canalizado a través de la llamada Mesa da Confluencia, impulsada por Compostela Aberta y en la que están representados Ferrol en Común, Marea Atlántica, Anova, Esquerda Unida y Podemos, y retrata —con más o menos definición— la correlación de fuerzas internas. En ese cuadro, Villares cuenta con el apoyo de Cerna, de una parte de Anova —no el sector oficial— e independientes, suficiente hasta ahora para mantenerse en la portavocía en una agrupación en la que muchos críticos no participan en los órganos internos. Ahora, sin embargo, las voces disonantes también apuestan por que Podemos y Esquerda Unida —que han mantenido siempre una mayor distancia— participen más activamente en En Marea. Y en ese caso los números podrían cambiar.

¿LA FECHA? De momento, en cualquier caso, la fecha exacta para las elecciones internas no está marcada. La dirección ofreció esta misma semana al sector crítico "máximo diálogo" y "falar", "pero desde dentro do partido", y algunas fuentes apuntan que no está en sus planes un plenario inminente para la renovación. De entrada, la próxima reunión del Consello das Mareas está prevista para finales de este mes o septiembre, y ahí se señalará la fecha.

La batalla por el control de la organización está servida, en una En Marea que ha vivido en los últimos dos años una sucesión de tensiones que ha deparado "divisións, pelexas e discrepancias públicas". Son las que los propios críticos con la dirección reconocen que "están minando o proxecto, coa consecuente baixada nas expectativas electorais que se auguran nas enquisas".

No ponen nombres ni fechas a esas disputas, pero al menos unas cuantas son conocidas. Van desde las complicaciones de aquel proceso preelectoral de 2016 hasta el propio nombramiento del portavoz —Luís Villares— o el sonado caso de Paula Quinteiro, en el que las diferencias se airearon durante meses a través de declaraciones y con una consulta a las bases promovida desde la dirección sobre la continuidad de la diputada identificada por la Policía Local de Santiago en marzo. Y aún hubo más después, porque la irrupción de una nueva marea local escindida de Ferrol en Común deparó otra marejada, toda vez que algunos críticos la vieron alentada por parte de la cúpula gallega.

Con las municipales a las puertas, hay mucho en juego y sobre lo que discrepar.

Los otros partidos: preocupación en el PSdeG por la deriva
Aunque la crisis de En Marea ha dado oxígeno a los socialistas, sobre todo en las encuestas, existe cierta preocupación en el PSdeG por la deriva que está tomando la formación rupturista en Galicia. Y es que en el entorno de Gonzalo Caballero son conscientes de que un desplome de las mareas y Podemos podría dificultar un hipotético asalto a la Xunta en forma de coalición, sobre todo si se vuelve a presentar Feijóo. Tanto PSdeG como BNG evitan pronunciarse en público sobre esta "cuestión interna" de En Marea. Pero los nacionalistas lo ven de modo distinto. Saben que el desencanto puede hacer retornar a sus filas a algunos exmilitantes.

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