El estudio realizado en As Catedrais aconseja colocar otra pasarela

Estima que la zona occidental del acantilado no debe seguir como hasta ahora, ya que la gente pasea libremente por toda esa parte

Visitantes en la zona occidental del acantilado de la playa de As Catedrais. ÁLVEZ (AMA)
photo_camera Visitantes en la zona occidental del acantilado de la playa de As Catedrais. JOSÉ Mª ÁLVEZ (AMA)

El coordinador del estudio realizado para organizar el flujo de visitantes en la playa de As Catedrais, el ingeniero Luis Medina, reconoció que la carga de visitantes diaria establecida por la Xunta, de 4.812 personas, "está bien", aunque apuntó que se hace necesario controlar mejor a los visitantes que pasean por la parte alta del acantilado, concretamente por la occidental, ya que apunta que debería crearse una franja de seguridad como la que existe en la zona oriental, donde hay una pasarela de madera que ya va guiando el paso de la gente.

Medina indicó con respecto a esa zona que no tiene tanta repercusión como la playa y que la gente anda más desperdigada "pero hablamos de decenas de miles personas diarias, así que el impacto en la vegetación es fuerte". Como consecuencia de ello señala que "eso repercute en el desarrollo de las escorrentías. El agua provoca una mayor degradación y al mismo tiempo el impacto visual es mucho más acusado".

También indicó que, con respecto a las propuestas que realizaron antes de Semana Santa sobre seguridad en la playa a la Xunta, "el Gobierno gallego se mostró muy preocupado por este tema y durante todo el proceso del estudio que realizamos siempre recalcaron que su mayor preocupación era que mantuviésemos como prioridad absoluta la seguridad de los usuarios".

Como ejemplo relata que "el informe se entregó y en quince días contrataron la señalización y su colocación para Semana Santa, lo que demuestra que sí era un motivo de preocupación".

También defendió los carteles que colocaron "porque una geóloga que enviamos supervisó personalmente los lugares correctos para colocarlos y se hizo todo siempre bajo su indicación, sin dañar nunca el acantilado ni el monumento natural" aunque recalca que "la prioridad fue siempre eliminar el riesgo en las visitas". En esta Semana Santa no se produjo ningún problema.

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