LA ENTREVISTA 🗣 Salva Arco: "Lucharemos con lo que tenemos"

Salva Arco. AEP
photo_camera Salva Arco. AEP

ES EL CAPITÁN del Cafés Candelas Breogán y ejerce como tal. Uno de esos jugadores cuyo rol va más allá de la pista. Lugo disfruta de un tipo que le podrán salir las cosas bien o mal, pero del que no se puede desconfiar. Siempre lo da todo e intenta que los que están a su lado también lo hagan.

Al llegar al Breogán lo hace con el cartel de jugador referencia y fundamental para el proyecto. Imagino que eso aumenta todavía mas la responsabilidad...
Cuando ficho yo prácticamente no hay nada, los únicos fichajes eran Natxo Lezkano y Rafa Huertas. Todo estaba un poco en el aire, pero yo me fío de las palabras de Natxo, que me dice que se va a hacer un proyecto ambicioso y que seré un jugador importante. Así que fui con los ojos cerrados a Lugo. Eso fue lo que pasó, siempre se me dio el papel de jugador importante y eso es lo que buscaba.

¿Y qué tal fue la llegada?
Desde un primer momento, después de estar en Ourense y fichar por el Breogán, tenía ciertas dudas de cómo se me iba a recibir, pero solo tengo palabras de agradecimiento hacia la gente y hacia el club. Me hicieron sentir importante, me valoraron no solo cómo jugador, sino también como persona y en Lugo me siento muy a gusto. Sentirse importante y querido es algo que no tiene precio.

Después de apartar del ascenso al Breogán con el Bruesa y el Ourense, ¿sintió la sensación al llegar a Lugo de que le debía algo?
Creo que tuve más incidencia en el ascenso de Ourense, el del Bruesa todavía era digamos un niño y no había rivalidad deportiva. En el cuarto partido entre el Ourense y el Breogán sí que tuve un poco más de incidencia y luego al fichar en el Breogán entendía que les debía un ascenso, pero creo que ahora esa deuda está saldada.

¿Cómo se siente un jugador al lograr un ascenso y no poder disfrutarlo, como pasó en Ourense?
Es muy bonito conseguir el ascenso, pero al final si no se materializa y no se asciende es muy frustrante. Siempre dije que en Ourense lo pasé muy mal después del ascenso. Me fui al Fenerbahce, Alemania y Tenerife, pero siempre con la idea de volver al COB en la ACB. No se materializó, estuve esperando y necesitaba un cambio de aires y volver a un proyecto ilusionante. Ahí es donde tuve la oportunidad de que apareciese el Breogán en el momento preciso.

Hay muchos conjuntos españoles participando en competiciones europeas. ¿Cómo ve el jugador de baloncesto eso de disputar varios partidos a la semana? ¿Preferiría jugar más y entrenarse menos?
Depende de a lo que esté acostumbrado cada jugador. Sí es cierto que al jugador le gusta más competir que no entrenarse. A lo mejor tres partidos son excesivos, sobre todo lo vemos en equipos de Euroliga como el Gran Canaria, que al no tener una plantilla larga le pesa jugar tantos partidos a la semana. Pero dos partidos y si hay un equipo compensado, para el jugador todo es más entretenido.

Al fichar en el Breogán entendía que les debía un ascenso, pero creo que ahora esa deuda está saldada

El Murcia es uno de esos conjuntos que juegan en Europa. ¿Cómo ve el partido ante el Ucam?
Es un equipo muy físico, con la incertidumbre de cómo va a jugar con el cambio de entrenador. Cambian muchas cosas y seguramente esté metiendo cosas nuevas que aún no han enseñado en los partidos. Esperamos un duelo físico con un equipo que tiene muy buenos anotadores, jugadores de rachas y en el que habrá que igualar el nivel de dureza y evitar errores como el número de pérdidas, mejorar los porcentajes en el tiro de dos y de tres y ser mucho más sólidos atrás.

¿Qué mensaje le mandaría a la afición de cara a un encuentro como este?
Que estén con nosotros hasta el último día. Nosotros confiamos en lo que estamos haciendo, trabajamos muy duro cada día para conseguir el máximo número de victorias. Somos conscientes de que a veces las derrotas duelen, pero que no tengan duda de que si estamos todos juntos y unidos será mucho mas fácil sacarlo. Es una afición muy entendida, que sabe mucho de baloncesto y de la importancia del partido, y estoy seguro de que van a responder como merece un partido así.

Después de un inicio complicado en la clasificación, llega de repente la victoria ante el Real Madrid y eso parece que cambia y revitaliza muchas cosas...
Fue el punto de inflexión que nos hacía falta, no teníamos nada que perder y veníamos de varias derrotas consecutivas. Venía al Pazo el mejor equipo de Europa. Pusimos toda la carne en el asador y ese día salió cara y entonces la gente y jugadores nos dimos cuenta de que si somos un equipo que trabaja y en el que todo el mundo se implica, pues podemos ganarle a cualquiera. Fue un tema mental, la gente volvió a confiar en lo que hacíamos, se quitó esa losa de derrotas de encima y vino la racha de cuatro victorias para demostrar que el trabajo da sus frutos y podemos competir en todas las pistas.

Somos conscientes de que el del domingo es un duelo importante, que no se nos puede escapar, pero también sabemos que tras ese partido sigue habiendo vida

¿Tras esta serie de derrotas de este momento actual, cómo está el equipo ahora mismo?
El equipo está dolido porque a nadie le gusta perder, pero partimos con una ventaja que otros no tienen y es que nosotros sabemos en la situación que estamos, sabemos lo que hemos pasado y cuál es nuestro objetivo. A partir de ahí trabajamos para llegar al objetivo lo antes posible sabiendo que la derrota forma parte de esta temporada para nosotros y ahí tenemos que intentar que nos afecte lo menos posible.

¿El partido ante el Ucam Murcia es verdaderamente una final o queda todavía mucha competición?
Sabemos que es un partido muy importante, que puede ir marcando la trayectoria del equipo en la competición, pero ni mucho menos es vital o una final. No olvidemos que el año pasado el Joventut a falta de ocho partidos estaba casi descendido, pero encadenó una serie de victorias y cambió el rumbo. Somos conscientes de que es un duelo importante, que en casa no se nos puede escapar, pero también sabemos que tras ese partido sigue habiendo vida y hay que seguir luchando.

El equipo estaba construido a partir de Henk Norel. ¿Cómo se vivió y vive no poder contar con él?
Norel era el jugador que venía a marcar las diferencias, nos perjudicó y nos modificó mucho los planes del equipo, pero lo supimos desde la primera semana, cuando tuvo la lesión. El equipo se rearmó e intentamos asumirlo lo antes posible entonces. Su baja es notoria, pero sabemos que hay que rehacerse y eso es lo que hicimos.

Con la marcha de Jordan, el equipo se ha quedado sin referencia clara en el juego interior. ¿Tienen desde dentro la sensación de ser un conjunto que depende mucho del tiro exterior?
Es un hándicap. Con Jerome Jordan teníamos una referencia interior, ahora somos más pequeños y hay que multiplicarse para el tema del rebote, para ayudar a los grandes, que no son tan grandes como cuando teníamos a Jerome Jordan. Nos cambió el estilo de juego. Sabemos que estamos los que estamos, no vendrá nadie de fuera a sacarnos las castañas del fuego y con lo que tenemos hay que seguir adelante. Con lo que hay es con lo que tenemos que luchar.
 

"Sito Alonso fue el técnico que más me marcó"
¿Cómo empezó en el baloncesto?
Empecé a jugar con cinco años en mi pueblo, Navás. Era muy travieso, tenía hiperactividad. Mis padres me llevaron al médico y les dijeron que tenían que apuntarme a un deporte porque tenía que quemar la energía en algún lado. En aquel momento en mi pueblo el baloncesto era el deporte que más incidencia tenía.

En su etapa como jugador del Monzón coincidió con Sito Alonso, actual entrenador del Murcia. ¿Cómo fue la experiencia?
Estuve dos años en la Liga EBA con el Monzón y recuerdo aquellos años como muy duros, sin duda los dos más duros de mi carrera a nivel de baloncesto, de sacrificio, exigencia... Venía de jugar con los amigos y Sito era un técnico muy exigente. Pero me sirvieron para formarme como jugador, como persona y darme cuenta de lo que cuesta ser profesional.

Si no hubiese sido jugador de baloncesto, ¿qué hubiese sido?
Tuve muchos problemas cuando acabé el bachillerato y la selectividad para elegir carrera porque no tenía ni idea de lo que quería ser. Escogí Derecho, pero no me gustó. A los 26 o 27 años empecé Marketing y vi que me gusta el mundo de la empresa.

¿Quiénes son sus ídolos como entrenador y como jugador?
El que más me marcó fue Sito Alonso, el primer entrenador profesional de baloncesto que tuve, el que más confió en mí, que más me exigió a nivel físico y mental. Le estoy muy agradecido por todo lo que me ayudó. El primer año en el Monzón estuve a punto de dejarlo todo porque era muy duro. Mis padres venían de Hospitalet con una bolsa llena de comida y les dije que se la llevasen, que estaba cansado de no tener oportunidades y que me volvía a casa. Sito se enteró y me invitó un día a un McDonald's y me convenció para que me quedase, que tendría oportunidades y le hice caso. Fue una de las mejores decisiones que pude tomar. En cuanto a jugadores, a mí me marcaron mucho Roger Esteller y Alberto Herreros, los dos como ídolos cuando era pequeño. Con Esteller tuve la suerte de coincidir en el Caprabo Lleida.

Tengo entendido que en el pueblo de su mujer, Luci, le pusieron una canasta para poder jugar. ¿Cómo fue todo eso?
Los primeros años con mi mujer los pasaba en un pueblecito que se llama Couso, que está al lado de Xinzo de Limia, donde había una pista de baloncesto en la que había aro, pero no tablero. Muchas veces tenía que ir a Xinzo a entrenarme y mis suegros hablaron con la gente del Ayuntamiento a ver si por favor me podían poner un tablero para poder hacer unos tiros. Después de unos movimientos me pusieron un tablero en las únicas canastas que había en el pueblo para que pudiese ir a tirar.

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