Opinión

¡En qué manos...!

SI SE cumple el peor presagio de... lo que sea, es que lo que sea se agrava más de lo previsto, sin ignorar que toda situación es susceptible de empeorar hasta donde resista la cuerda, reflexión válida para situar o establecer la situación política, y todo de lo que de ella se deriva, de España. Quizá no lo percibimos en su justa medida, en consonancia con el proceder del Gobierno. Ni los más agoreros sospecharon, aunque indicios sobraban para intuirlo, que el país acabase en manos del bolivariano líder de Podemos, de un independentista condenado por terrorismo (hombre de paz para Zapatero, otro iluminado) y de un sinuoso separatista catalán que come a dos carrillos, con sumo interés por destruir el Estado. Iglesias, Otegi y Rufián, tripleta infausta para los intereses de la ciudadanía, entre otras maldades subiendo impuestos so pretexto de "armonizarlos". Y un cuarto personaje, hombre de paja, cuya misión es abanicarles, dándoles aire para que el trío no desfallezca en su ambición. Pero a Sánchez, resbalándole humillaciones, le encanta el papel de marioneta con tal de que se le permitan repantigarse y dormir como un lirón en la Moncloa, que es su objetivo desde que apostó por su futuro. Cierto que el país, saldado como baratija, da para mucho, pero puede reventar.

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