A Fonsagrada, cuna de un empresario lleno de inquietud

Emilio Álvarez, natural de A Fonsagrada y residente en Asturias, ha inventado un nuevo sistema de señalización vial después de una larga trayectoria en el ámbito del comercio
Emilio Álvarez. EP
photo_camera Emilio Álvarez.

Emilio Álvarez ha ideado un sistema de señalización vial que consiste en la robotización de los triángulos de seguridad que se colocan en la carretera cuando se produce una avería o accidente. "Yo nací en Lamas de Moreira, en el concello de A Fonsagrada, y allí no teníamos luz por la noche. Mis hermanos y yo nos depertábamos con la luz del día, por eso siempre estuve atento a estas necesidades", explica el inventor, que además trabajó en el ámbito de la Dirección General de Tráfico anteriormente y ahora reside en Asturias.

El empresario, que lleva cinco años diseñando la iniciativa Stopvia, ha conseguido la patente del invento. "Siempre he sido muy curioso y me di cuenta de que existía una laguna en el sistema de tráfico", dice Emilio, que no deja de forjar nuevos proyectos a sus 74 años. "Queremos dotar de vida y de movimiento al sistema de triángulos", sostiene.

"Las normas nos dicen que no podemos cicular por la autopista, pero nos obliga a transitar por un arcén para señalizar cuando tenemos una avería o accidente. Empecé a trabajar en mejorar esta contradicción". De aquí nace su idea de mejorar el sistema para evitar los numerosos accidentes que se producen en el momento en el que tenemos que transitar por la vía.

"Hicimos un estudio y vimos que no existía nada parecido a este invento", argumenta Emilio, que espera la acreditación de la Unión Europea para universalizar la iniciativa de seguridad. "Ahora mismo, con el tema de la pandemia, está todo un poco parado. Estamos a la espera de que las cosas vuelvan a la normalidad", dice.

El fonsagradino está escribiendo también un libro autobiográfico y, de momento, no tiene previsto cesar su actividad. "Si no estás activo y no luchas es que estás muerto", declara el empresario, que se levanta todos los días a las seis de la mañana y no pierde ni un segundo. "Si las cosas salen mal no importa, pero me gusta mantener la cabeza ocupada y tener algo entre manos", expone.

Emilio fundó la empresa fotográfica Interfilm en 1982, después de trabajar en una multinacional en la que aprendió mucho sobre estrategia comercial y marketing. "No sabía nada de fotografía, era un aficionado, pero tenía mucha ilusión", asegura. La compañía fue adaptándose a la era digital con el paso del tiempo y ahora tiene 50 tiendas distribuidas por toda España.

"Las pequeñas y medianas empresas vivimos en una continua lucha para sobrevivir pero hay que reactivarse siempre", manifiesta el inventor de Stopvia. Emilio se fue de su casa a los nueve años a estudiar a Santander. Más tarde, después de empezar la carrera de Derecho en Lodosa, el fundador vio que no era para él y la dejó para comenzar a trabajar en el ámbito del comercio, al que dedicaría la mayor parte de su vida.

Sin embargo, Emilio no dejó de formarse en el ámbito del marketing. Trabajó en la administración de distintas empresas hasta que se fijó en la oferta de una multinacional. "Ofrecían una plaza y nos presentamos 150, así que no tenía demasiadas esperanzas", dice con humildad Emilio, que fue elegido entre todos los candidatos. "Allí aprendí muchísimo y después decidí abrir mi propia empresa", explica.

Ahora Emilio vive en Asturias, pero visita su pueblo natal siempre que tiene ocasión. "Mi tierra la guardo en el corazón. Siempre que voy aprovecho para comer el pulpo", afirma el creador de Stopvia, que le fascina el modo de vida de A Fonsagrada. "Los gallegos tenemos una forma especial de ver la vida", asegura.

Comentarios