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Un naipe dormido

El naipe dormido. EP
photo_camera El naipe dormido. EP
Andar es el ejercicio más sano que hay. Escribo esto y escucho las carcajadas de la juventud a lo lejos, pero es el consuelo que me queda una vez que el deporte me dejó por ella. Allá van los dos, cogidos de la mano, al trote, sonriendo, sin miedo a lo que no se puede tocar. Andar es el ejercicio más sano que hay. Lo escribo y no me importan las risas. Y para demostrarlo de vez en cuando me armo de valor y me lanzo a las calles en busca de algo que contar. Camino siempre con la cabeza baja. No me interesa lo que hay a mi altura, como mucho puede ser un semejante. Prefiero jugar al Tetris con las formas de las aceras o imaginar el pasado de los objetos que me cruzo. Ayer encontré el que ya es mi favorito. Boca abajo, en la cuneta, dormía un naipe. Lo desperté y era el tres de picas. Aquello llevaba la firma del teniente coronel Kilgore, el que Robert Duvall interpretó en Apocalypse Now; al que le gustaba el olor del Napalm por la mañana y sembraba de cartas los pueblos que arrasaba para que los vietnamitas supiesen que había sido él. ¿A quién se habría cargado esta vez? Decían por allí que a una parejita que trotaba cogida de la mano sin miedo a lo que no se puede tocar. Ven como andar es lo más sano.

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