O Rei das Tartas es un negocio, con sede en la localidad mindoniense, con tal raigambre que no necesita presentación. Sus productos figuran en cualquier tienda de delicatesen que se precie del norte peninsular. Pero, desde hace aproximadamente un mes, una vecina de esta ciudad episcopal mariñana, que prefiere permanecer en el anonimato, recibe numerosos pedidos de postres típicos; otras llamadas de compañías de autobús que avisan de que pararán con una comitiva y hasta de la empresa de alarmas, si ésta salta. Y esto es así desde que le reasignaron el número que durante 20 años permitía el contacto con el establecimiento pastelero ubicado al borde de la N-634.
La nueva usuaria de la línea
Na casa bromeamos dicindo que lle imos cobrar unha comisión. Unha vez saltoulle de noite a alarma e chamáronme»
«Hai veces que bromeamos na casa dicindo que lle imos cobrar unha comisión a Carlos Folgueira -el propietario de O Rei das Tartas-», señala esta vecina, que lleva viviendo más de dos décadas en la villa cunqueriana. «O teléfono soará máis ou menos da orde de dúas veces ao día, non máis. Non molesta tanto, quizáis ao principio», reconoce con sentido del humor.
La vez que el teléfono sonó en su casa a una hora más intempestiva fue precisamente cuando le habían adjudicado el número del negocio, hará un mes: «Serían as dúas da mañá cando chamaron porque podería ser que tiñan entrado a roubar no local. Eu non sabía do que me estaban falando, claro. Logo clarexamos que se trataba de que tiña saltado a alarma no Rei das Tartas da N-634».
El empresario mindoniense
Chóferes de autobús y clientes tienen mis contactos y apenas me repercute el cambio»
Fue, afortunadamente, una falsa alarma porque una de las puertas quedó abierta por un descuido. Aún así, los responsables de la seguridad dieron con el dueño que ya había sufrido numerosos robos sobre todo de la tragaperras en este local.
IMPACTO . Folgueira sigue disponiendo en dicho local de teléfonos a modo de cabina, es decir, con monedas que introducir para poder telefonear. Pero, al cambiar de operador, le cambiaron también el número que tuvo durante casi 20 años. «De todas formas, los interesados pueden llamarme igual al 698.16.92.32 y al 982.52.11.78, éste último es el de la tienda de siempre, la ubicada en el casco histórico», puntualiza el empresario.
«Pese a que llevaba muchos años con ese número, apenas me repercutió en el negocio, porque la mayoría de clientes y de chóferes de viajes de autobús que paran en el local tienen ya mi teléfono desde hace mucho tiempo y la mayoría de los encargos de tartas se hacen a la tienda del centro de la ciudad», matiza.
«Si nos pusiéramos a comparar, les hizo mucho más daño a los negocios de Mondoñedo la construcción de la Autovía A-8, porque mucha gente ya no pasa por aquí, pero en mi caso estoy pendiente de que concedas unos permisos para abrir un área de servicio al pie de la Transcantábrica», advierte.
El cambio es para los dos usuarios una anécdota hasta graciosa. Lo malo quizás es que «no podremos cambiar el teléfono que viene impreso en las bolsas que les entregamos, con nuestro sello, a los clientes. Hay que agotarlas primero porque se compran remesas y tienen un coste», matiza el propietario.
