El Tribunal Supremo acaba de emitir una sentencia que desdice la que en su día dictó el Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) y con ello, le da la razón a «un ou dous promotores» que trasladaron a Madrid su demanda contra las normas «urbanísticas impostas en Barreiros polo bipartito anterior na Xunta». Esta imposición les impidió construir edificios en fincas aledañas a la N-634 y les supuso cuantiosas pérdidas por las que pueden reclamar daños y perjuicios. Disponían de licencias acordes con el plan urbanístico de 1994, que «o Goberno galego deixou sen efecto en 2006». Ahora, es el Supremo el que «ve nulo de pleno dereito» aquel cambio.
«La sentencia no tiene nada que ver con la paralización urbanística que se ordenó para aquellas edificaciones que no tenían servicios de luz o alcantirallado. Este dictamen es aparte de aquello», aclara uno de los promotores afectados, al que ahora da la razón el Supremo y que prefiere permanecer en el anonimato. «Este fallo definitivo contra el que no cabe recurso -aclara- se refiere a las normas subsidiarias que dictó el bipartito anterior en la Xunta. Esas normas anulaban a las contempladas en el planeamiento urbanístico de 1993 o 1994 del Concello».
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