Opinión

El rosario de la aurora

NO SON los tiempos propicios para la moderación, la sesatez, el equilibrio o el sentido común. No vende. No tiene audiencia. La mesura parece que solo es un discurso válido para las dietas alimenticias cuando se aproxima el verano. Para hacerse oír hay quien habla de que se puede bombardear Cataluña. Comprenderá cualquier tertuliano que es el camino más acertado para la estabilidad de España, para el interés general, además de resolver el problema. Mientras, por el otro lado, continúa el discurso de la ensoñación romántica de la república independiente de Cataluña. El sentido común, que en la cuestión catalana expone de forma habitual el líder socialista Miquel Iceta, no tiene seguidores. El empeoramiento y agravamiento del conflicto avanza. Iceta ayer advirtió de que Cataluña "puede acabar como el rosario de la aurora". Puede terminar muy mal para todos el actual discurrir del conflicto. Probablemente sea el diagnóstico más acertado. El recién elegido presidente de la Generalitat se marcha a Berlín a darle más gas a la mecha que mantiene encendido el conflicto: la confrontación. El presidente del Gobierno se reúne con el líder de los socialistas y lo hará posteriormente con el líder de Ciudadanos. Este, en su "aprovechategui", pierde de nuevo el sentido de Estado en esta cuestión: pide que no se suspenda la aplicación del 155, cuando su entrada en vigor no fue aprobada así ni en el Consejo de Ministros ni por el Senado. La mesura que demanda Rajoy es el sendero de la legalidad. Algo que no se contrapone con lo que vendrá, con toda seguridad: la vuelta a ese 155, que ya no será en los mismos términos que en octubre. Lo advirtió el secretario de Organización socialsita, José Luis Ábalos. Mientras, el discurso sentimental sigue en Cataluña y la llamada a la respuesta por encima de la ley quiere hacerse oír. Esto puede acabar como el rosario de la aurora. Ciertamente.