El robo del coche del concejal

El cristal roto en la cafetería Casablanca (Foto: J. Vázquez)
photo_camera El cristal roto en la cafetería Casablanca (Foto: J. Vázquez)

Un tropiezo con los cacos para empezar el año le sienta mal a cualquiera y de ello acaba de aprender mucho el concejal Enrique Rozas, a quien le robaron un coche que la Policía sospecha que pudo haber sido utilizado en el robo cometido el pasado día 30 en la cafetería Casablanca.

El automóvil, un Ford Escort de color rojo, estaba aparcado en la calle Curros Enríquez y su propietario tuvo conocimiento del robo porque la documentación apareció tirada en la zona de Ramil y la Policía se puso en contacto con él.

El vehículo lo usaba habitualmente la mujer del edil del PP, y hay indicios de que un coche de esas características fue utilizado en el asalto al Casablanca.

Es todo un problema para el propietario, que no solo ha visto cómo le dejaban sin coche, sino que ahora se teme lo peor, que los cacos se hayan deshecho del vehículo por el efectivo método de prenderle fuego.

Quemar los coches que se han utilizado en robos es, según la experiencia que tiene la Policía, una práctica habitual entre los ladrones. Es, desde luego, una forma muy radical de intentar borrar las huellas del delito.

En el caso del robo en el Casablanca, no parece que el ladrón fuera un diplomado en las mejoras escuelas de atracadores. Entró después de abrir chapuceramente el cristal, se le grabó mientras cometía la fechoría, a cara descubierta y, todo ello, para llevarse un botín que tampoco es para echar cohetes, ya que se llevó el dinero de la máquina tragaperras. Y está visto que el negocio de las tragaperras tampoco es ya el más boyante del mundo.

Toda una chapuza, probablemente, pero con consecuencias serias. Para empezar, el edil del PP se encuentra con que empieza el año y en su casa falta uno de los coches de la familia, lo que supone dinero y problemas. Pero, pese a todo, lo tomó con buen humor.

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