EL RIVAL... Gran Canaria, el peaje de la Euroliga

La temporada se ha convertido en un calvario para un Gran Canaria que solo piensa en salvarse como sea 
 

Albert Oliver. X. CORTIZO (ACB PHOTO)
photo_camera Albert Oliver. X. CORTIZO (ACB PHOTO)

El Herbalife Gran Canaria es un claro ejemplo de entidad que empezó la temporada con una ambición importante, con retos claros en Europa e incluso podría decirse que históricos, con un pabellón nuevo y con un grupo de jugadores que apuntaban a dar más de una alegría y que estarían entre los mejores de España; y al que el paso de los meses le han complicado la situación y lo tienen ahora en una lucha por la permanencia en la que no contaba con estar en absoluto.

Si hay una palabra que se escuchaba entre los aficionados del equipo en el verano era Euroliga y es que la realidad de competir con los mejores equipos de Europa es algo para disfrutar y que nunca se olvidará para un equipo que no está acostumbrado a moverse en esas latitudes.

Siempre existe esa posibilidad de que disputar competición europea te pueda castigar y no cabe ninguna duda de que eso le ocurrió al conjunto canario. Fueron nada más y nada menos que 30 encuentros, unos partidos que provocan un gran desgaste físico en la plantilla y donde no hay que olvidar que hubo que afrontar viajes realmente complicados.

Fue un peaje importante para el Gran Canaria, que no arrancó bien en la Liga Endesa y que una vez que acabó la competición europea al quedar eliminado, ahora centra todos sus esfuerzos en mantener la categoría y no convertir el año en un castigo y algo muy duro de digerir.

La temporada empezó con Salva Maldonado en el banquillo, pero también ese lugar fue realmente inestable esta temporada. Maldonado salió del club y fue sustituido por Víctor García, un hombre de la casa. Comenzó con buenos resultados pero con el tiempo la realidad lo dejó sin posibilidad de aprovechar su oportunidad. Entonces se miró hacia un técnico experimentado y con un cartel muy bueno en el mundo del baloncesto: Pedro Martínez.

El entrenador catalán tiene ahora la responsabilidad de reconducir la situación de un equipo en el que las lesiones han sido y son todo un calvario y donde también estuvo muy presente el cambio de jugadores, con la llegada de hombres como Magette, Evans o Jefferson, que no cumplieron y se prescindió de ellos. Wiley, Eriksson y la experiencia en la dirección son las bazas a las que se agarran para escapar de lo que sería un gran drama.

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