Blog | Estoy Pensando

El rey no puede obrar mal

Juan Carlos I, en Baiona tras una regata disputada el pasado año. dp
photo_camera Juan Carlos I, en Baiona tras una regata disputada el pasado año. dp

IMAGÍNESE QUE está usted paseando tranquilamente por un parque con su familia cuando de pronto aparece Felipe VI vestido con un chándal, gritando como un loco y enarbolando una enorme catana. El rey empieza a asestar mandobles, acaba con toda su familia y a usted, querida amiga mía, la deja malherida. no se intranquilice. No es probable que eso suceda, aunque nunca se sabe. Poder, podría. Los reyes no están exentos de perder la cabeza. Felipe V, el primero de los borbones, acabó sus días creyendo que era una rana. 

Si algún día se da esa circunstancia, Felipe VI no podría ser acusado de matar a su familia, ni por tanto sería llamado a declarar ni juzgado. La Constitución española, en su título II, que es el referido a la Corona, dice lo siguiente: "La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad". Con esa docena de palabras se consagran los principios de inviolabilidad e irresponsabilidad que exoneran al monarca de cualquier actuación ilegal. La inviolabilidad se refiere a sus asuntos privados, como el de asesinar a toda su adorable familia; la irresponsabilidad, por su parte, carga sobre el gobierno cualquier acto que el rey haya protagonizado en el ejercicio de su cargo. 

Sigamos con el ejemplo: usted se recupera en el hospital y una vez superada la convalecencia, se vuelve a su hogar dispuesta a empezar una nueva vida y formar otra familia para sustituir a la anterior mientras su agresor, yo qué sé, hace cosas de reyes, como cazar, navegar o esquiar. Pero un día, le aconsejo que no lo haga, se mete usted en Twitter y escribe esto: "el rey es un asesino". Entonces usted será detenida bajo la acusación de injuriar al rey, que eso sí es un delito. Y en el juicio, podrían aparecer nuevamente el rey y su catana y allí, ante el juez, matar a su nueva familia, tan encantadora como la anterior, o más. Y otra vez no tendría que responder de sus actos, pues para eso él es inviolable y usted no. 

"La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad"

Dicen los expertos constitucionalistas que si se diera un caso extremo como el descrito, un rey de España se vería obligado a abdicar y con eso el tema quedaría resuelto. El tema del reinado, pues sería sucedido por su heredero o heredera, pero no el de sus actuaciones mientras fuese rey. Todo eso se basa en un principio inglés: "The King can do no wrong", el Rey no puede obrar mal. De ahí que no se puedan investigar las supuestas cuentas suizas de Juan Carlos I, ni las igualmente supuestas comisiones cobradas por compras de petróleo u obras de empresas españolas en el extranjero, o el presunto pago con fondos públicos del alquiler del chalet en el que se citaba con Bárbara Rey. 

Tampoco se puede investigar la visita que como representante regia, acompañada de embajador, cursó Corinna al príncipe saudí y empresario multimillonario AlWaleed bin Talal y que conocimos esta semana. Pero hay algo importante: al rey no se le puede juzgar, pero sí lo puede investigar la prensa. Algunos medios lo hacen y van destapando los asuntos turbios de Juan Carlos. Al menos se consigue que sepamos en qué andaba metido el hombre durante todos esos años en los que creíamos que no hacía nada. Pues según Corinna, hacía negocios e ingresaba el producto resultante en cuentas opacas, ocultándoselo a la Hacienda del Reino de españa. 

Y una cosa más: el Parlamento también puede investigar los negocios opacos del rey emérito. 

Que no puedan tener consecuencias judiciales no significa que en una democracia el pueblo y sus representantes no deban conocer lo que hace su rey. Pero resulta que PSOE, PP y Ciudadanos se niegan a investigar las andanzas de Juan Carlos. Que lo hagan PSOE y PP tiene su lógica: ambos partidos han vivido muy bien a la sombra de la Corona durante demasiado tiempo. Pero que lo haga Ciudadanos, el gran regenerador de la democracia, no se entiende ni como opción estratégica, pues les hace perder toda credibilidad en lo referido a su afán de limpiar las instituciones y liberarnos de la corrupción sistémica que padece España desde el principio de los tiempos. Así que nos quedaremos como siempre, esperando a que algunos medios y algunos periodistas hagan el trabajo que la justicia no puede hacer y la política no quiere hacer. 

Y es que los reyes como el resto de las personas caen en tentaciones, pero los demás podemos acabar explicándoselo a un juez. Por eso ser rey es tan bueno, porque uno puede hacer lo que quiera y la integridad de sus actos no depende de nada más que de que ellos quieran o no quieran hacerse millonarios, por ejemplo. 

En cuanto a usted, queridísima mejor amiga desde siempre, cuide a su encantadora familia y cuando vaya de paseo por el parque, manténgase vigilante, no vaya a ser. nunca olvide el principio de inviolabilidad y de no asunción de responsabilidades que protege a los titulares de la Casa Real española.

Comentarios