El Pazo dos Deportes en pie es lo más grande

El exjugador del Breogán Álex Llorca recuerda la efusividad de la afición lucense con el Breogán
Álex Llorca, en la Diputación tras presentar su campus
photo_camera Álex Llorca, en la Diputación tras presentar su campus

Semifinales del pasado play off. Una lesión me dejaba fuera de juego en uno de los partidos clave, en casa contra Valladolid. El médico me permitió acudir al Pazo y viví uno de los momentos más estremecedores de mi carrera. Un jugador profesional está acostumbrado a los aplausos y a los gritos del público, pero aquel día, con el Pazo puesto en pie aplaudiéndome, comprobé que la intensidad con la que se viven los play offs en Lugo no la viví en ningún otro lugar.

Sigo al Breo desde la distancia y siempre que el tiempo me lo permite no me pierdo ni un partido. Después de una temporada extraña, hay que felicitar con sinceridad al equipo, al club y sobre todo a la afición por cómo han levantado entre todos esas malas rachas que hubo al principio y durante la temporada por diferentes motivos.

Eso ahora hay que olvidarlo y afrontar los partidos más bonitos del año. Nunca olvidaré tampoco ese Pazo teñido de azul que no dejaba de animar, unos instantes que ahora repetiréis y que, desde la distancia, podré imaginar y a la vez recordar que esos momentos del año pasado fueron para mí quizá de los mejores de mi carrera. No pudo ser, no hace falta que os recuerde el trance, pero este año el equipo tiene capacidad para volver a llegar lejos, sobre todo en este instante en que están en buena racha. Ojalá este año podáis cumplir el sueño de subir a la ACB, que es el sitio donde merecéis estar todos vosotros.

Cuando estéis leyendo estas líneas, seguramente en las puertas del Pazo habrá unas colas parecidas a las que había el año pasado en los partidos de play off para conseguir entradas. Sobre todo en el cuarto partido de la final, contra Ourense, cuando hasta dos horas antes había gente para entrar.

Eso demuestra que Lugo es una ciudad de baloncesto y que lleváis un sentimiento latente por el que precisamente deberías estar en la primera categoría. La última vez que escribí aquí aún era "el ocho del Pazo". La conexión que tuve con la afición breoganista es a la que aspira cualquier deportista, porque te empuja al éxtasis cuando aciertas y te apoya incondicionalmente cuando fallas. Forza Breo.

Comentarios