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El otro gran grupo lácteo

La unión de Feiraco y tres cooperativas se sitúa, por ingresos, al nivel de Leite Río-Leyma

CUANDO todo son aparentes ventajas, la confianza mutua se consolida a lo largo de meses de negociaciones y de algún proyecto en común y, por qué no decirlo, la crisis permanece instalada en el sector y se sigue llevando por delante explotaciones, la vía de la unión cobra todo el sentido. Y no solo para resistir. También para crecer. Estos son, de forma sintética, el contexto y la filosofía del proyecto lácteo que acaba de presentarse en sociedad: la creación de una cooperativa de cooperativas (segundo grado) en la que se integran Feiraco (Ames), Melisanto (Melide), Irmandiños (Ribadeo) y Xallas (Santa Comba).

La iniciativa, liderada por la cooperativa de Ponte Maceira, que es la que tendrá más peso en la resultante, nace con aspiraciones, pero también sobre algunas realidades ya contrastadas. Y para analizar el proyecto, y sobre todo sus dimensiones y recorrido futuro, conviene partir de una premisa: no estamos ante el gran grupo lácteo gallego. Ni falta que hace, podrán decir los promotores de la iniciativa para rebajar la euforia inicial. El término, que hunde sus raíces en los años noventa, cuando Leyma compra Lactaria Española (Lesa) a Tabacalera, forma ya parte del imaginario colectivo. Una leyenda que ayuda a construir nuestra mitología empresarial es la del gran grupo lácteo gallego. Como lo es, para el sector forestal, la vieja aspiración de cerrar el ciclo del papel como complemento a la celulosa de Ence en Lourizán. Otra oportunidad perdida como lo fue en su día la de consolidar un grupo eléctrico de capital autóctono, retener Fenosa, vamos, sobre los recursos de ese gran productor de energía que es Galicia.

Lamentos al margen, estamos ante un gran grupo lácteo gallego. No el único. Las dimensiones están ahí: 4.340 ganaderos que producen 410 millones de litros (es decir, la leche que entregan los socios), de los que las cuatro cooperativas procesan 150 millones de litros al año. Estas dimensiones sitúan al proyecto entre las cuatro grandes cooperativas lácteas de España. Nada menos. Si atendemos a los rankings que maneja el sector, el liderazgo lo tiene Capsa (Central Lechera Asturiana, propietaria de Larsa en Galicia), con una media anual de 600 millones de litros procesados (cerca de 400 millones entregados por los socios), y que aspira a llegar a los 900 millones procesados, según las previsiones de sus directivos. Le sigue la andaluza Covap (14.000 asociados), con 250 millones de litros entregados por los socios (producidos) y 400 millones procesados. Detrás, a distancia, Iparlat, la antigua propietaria de Kaiku, con 190 millones entregados por los cooperativistas y 300 procesados por el grupo. Estos datos revelan una primera realidad. Excepto Feiraco y sus socios, las otras tres grandes cooperativas procesan más leche de la que entregan sus socios. En el caso gallego es justo a la inversa.

Que la nueva cooperativa logre procesar toda la leche que entregan sus socios (está por debajo de la mitad) es un primer reto, y describe una situación que explica muchas realidades en el sector lácteo gallego; entre ellas, el recurso de la marca blanca con destino a la gran distribución o la falta, hasta ahora, del necesario músculo industrial y transformador. Solo Feiraco produce 90 millones de litros al año, situándose, según los últimos datos de la Interprofesional Láctea, en el noveno puesto entre los principales grupos asentados en España, ranking que domina con holgura la francesa Lactalis. Ese escalafón elaborado por la Inlac otorga a Leite Río la sexta posición, con 398 millones de litros. De ahí que la nueva cooperativa de cooperativas sea un gran grupo lácteo, pero no el único de capital gallego.

Si atendemos a las ventas, sucede algo similar. Los integrantes de la cooperativa impulsada por Feiraco suman unos ingresos agregados, según los datos aportados en la presentación del proyecto, de unos 200 millones de euros al cierre de 2015. Ese año, Leite Río-Leyma firmó una facturación de 147 millones de euros, frente a unos ingresos de 218 millones en 2014. Por tanto, en ventas, no en volumen de leche, hablamos de dos grupos relativamente parejos.

La irrupción de la nueva cooperativa, todavía sin nombre y pendiente de aprobación por parte de las asambleas de socios, llega semanas después de las elecciones, en un claro intento por distanciarse de cualquier atisbo de politización de la iniciativa. Y es de agradecer. Como clave ha sido el papel asumido por dos de los actores necesarios de esta historia: José Luis Antuña, el director general de Feiraco, e Higinio Mougán, que desde la Asociación Galega de Cooperativas puso el pegamento para unir algo más que voluntades. Galicia cuenta ya con otro gran grupo lácteo. Y con mucho futuro.

El futuro de la patronal está en el juzgado

TODO son pulgas para el perro flaco. La convulsa semana que ha seguido a la cacería de Antonio Dieter Moure como presidente de la patronal no solo se ha cobrado una pieza más, sino que deja abierto un camino mucho más que tortuoso que tendrá que afrontar un equipo de vicepresidentes en el que nadie quiere dar la cara. El despido del eterno secretario general, Fausto Santamarina, que se negó a rebajarse su millonario sueldo y alentó una rebelión interna contra el propio Dieter, acabará en los juzgados de lo Social. Pero ni de lejos es la única causa que afronta la Confederación de Empresarios de Galicia en los tribunales. Todavía colean las reclamaciones del propio Igape por facturas sin justificar del último Plan Pexga de internacionalización, que es realmente el verdadero sostén económico de la patronal. Para hacernos una idea, de los tres millones de euros de ingresos previstos para el próximo año en el plan de viabilidad, 1,3 millones proceden de la red Pexga. Pero nadie las tiene todas consigo sobre la continuidad de este proyecto, ni en la Consellería de Economía, que es la que paga, ni en la patronal, que considera inasumibles algunos de los nuevos requisitos impuestos.

Y en los juzgados también se dirime otra cuestión no menos relevante. Y es que los impagos comienzan a aflorar entre la red de empresas a las que la patronal subcontrató la gestión de las oficinas en el exterior. Por tanto, el futuro se escribirá entre togas para la maltrecha organización. Y todo ello sin contar con una suspensión de pagos que está mucho más cerca ahora. ¿Veremos pronto a un administrador concursal nombrado por un juez al frente de la patronal?

Francisco Conde, conselleiro de Economía
Una vicepresidencia económica en las quinielas a la Xunta

EN breve las cábalas dejarán paso a las certezas. Y será en ese momento, en las primeras semanas de noviembre, cuando Núñez Feijóo despeje la ecuación de su nuevo Gobierno. Hasta entonces, el guión no escrito apunta a una casi segura continuidad en el equipo (el último cambio no ha cumplido un año), solo alterada por otro encaje que tendrá que afrontar el todavía presidente en funciones: todo nombramiento de fuste será interpretado en clave sucesoria. Y es ahí donde entra la creación de dos vicepresidencias, para evitar señalar un delfín antes de tiempo, exponiéndolo (teóricamente) cuatro años. Y entre las quinielas cobra fuerza que esa otra vicepresidencia, que sería económica, recaería en Francisco Conde. Desde que era un mero asesor, la carrera del actual conselleiro de Economía ha sido meteórica, en la Xunta y en el PP. Y, lo más importante, es uno de los conselleiros más valorados. Dentro y fuera de San Caetano.

Rubén Bastolomé, presidente de Alcoa en España
Alcoa espera a la subasta eléctrica y acelera las ventas

CALMA chicha en Alcoa. Nada se moverá en las plantas gallegas de la multinacional hasta pasado el ecuador de noviembre, para cuando al fin están fijadas la subastas de interrumpibilidad por parte del Ministerio de Industria, que vuelve a activar el proceso competitivo con el fin de rebajar el coste para las arcas públicas de lo que realmente son unas subvenciones encubiertas. Mientras tanto, algo se mueve en la multinacional. Desde Pittsburgh han sorprendido al equipo de Rubén Bartolomé, el presidente en España, por el anuncio de nuevas desinversiones de aquí a final de año. Alcoa prevé ingresar otros 250 millones de dólares (unos 226 millones de euros) por venta de activos antes de que finalice 2016, con lo que alcanzaría unos ingresos en el global del ejercicio de 1.200 millones de dólares a fuerza de vender fábricas. Mucho ojo en San Cibrao y A Coruña.

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