El déficit de España es el cuarto más alto de toda la Unión Europea

España se quedó a las puertas de su objetivo de reducción del déficit al situarlo en el 6,6 % de su Producto Interior Bruto (PIB) en 2013, mientras que Francia superó en dos décimas su meta y Grecia registró un superávit primario un año antes de lo previsto.

Los datos publicados hoy por Eurostat confirman las expectativas sobre España y Francia, y el superávit primario adelantado por el Gobierno heleno, a la vez que apuntan a una moderación del déficit tanto en la zona del euro como en el conjunto de la Unión, aunque la deuda pública continúa en aumento.

La oficina estadística comunitaria calcula que el déficit español se elevó hasta los 72.577 millones de euros en 2013, lo que supone un 7,1 % teniendo en cuenta las ayudas a la banca, que tuvieron un impacto del 0,5 % del PIB en el desvío presupuestario. Se trata, tal y como vemos en la gráfica, el cuarto más elevado de toda la UE.


Bruselas toma en consideración el cálculo del déficit sin este respaldo financiero -el citado 6,6 %- dentro de su vigilancia sobre los esfuerzos hechos por el país para reequilibrar sus cuentas públicas y cumplir con el máximo del 3 % establecido en el Pacto de Crecimiento y Estabilidad europeo. Para ello, España debía cerrar 2013 en un 6,5 %, para llegar al 5,8 % en 2014, al 4,2 % en 2015 y al 2,8 % en 2016.

Pese al desvío de una décima que también preveía el Gobierno español, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, afirmó que "España en su conjunto ha cumplido con los objetivos de déficit marcados para un periodo tan difícil como el año 2013".

El Ejecutivo español confía además en que el cambio de cálculo del PIB que Eurostat tiene previsto introducir reduzca la proporción del déficit español incluso por debajo del objetivo del 6,5 %.

La Comisión Europea dará a conocer su veredicto el próximo dos de junio, cuando publique sus recomendaciones económicas para los países europeos, según indicaron fuentes europeas.

Entonces se sabrá también si el Ejecutivo comunitario exige nuevos esfuerzos a Francia, después de que se haya confirmado que el país ha incumplido con el objetivo de reducir su déficit al 4,1 % en 2013, al superarlo por dos décimas.

Bruselas estudia el paquete de recortes presentado por el nuevo primer ministro francés, Manuel Valls, pero ya ha avisado a París de que debe ajustarse al calendario pactado para la reducción del déficit, que obliga a rebajarlo hasta el 3,6 % en 2014 y por debajo del 3 % en 2015.

Los datos presentados por Eurostat confirman también que Grecia logró cerrar 2013 con un superávit primario del 0,8 %, tras descontar el impacto que tuvieron elementos como el pago de intereses de su déficit general, que alcanzó un 12,7 %.

Esta cifra "está mucho mejor que la meta fijada para 2013, que era un presupuesto primario equilibrado", reconoció el portavoz de economía de la CE, Simon O'Connor.

El viceministro griego de Finanzas, Jrístos Staikuras, ha insistido hoy en que su país ha logrado un superávit primario de 3.400 millones de euros (1,86 % del PIB), en lugar de los 1.500 millones que calcula Bruselas, debido a diferencias en las metodologías de cálculo aplicadas.

El superávit primario es clave para que los socios europeos consideren más medidas de asistencia a Grecia destinadas a reducir su abultada deuda, que el año pasado representó un 175,1 % de su PIB, según los datos de Eurostat.

En general, la oficina estadística comunitaria constata una moderación del déficit tanto entre los países de la zona del euro como en el conjunto de la Unión Europea, que de media presentaron un desvío del 3 % y un 3,3 %, respectivamente.

Sin embargo, diez de los Veintiocho superan el máximo del 3 %, encabezados por Eslovenia (14,7 %) y entre los que están todos los países que han sido rescatados: Grecia (12,7 %), Irlanda (7,2 %), Chipre (5,4 %) y Portugal (4,9 %).

En el extremo opuesto, Luxemburgo logró un superávit del 0,1 % y Alemania "se estableció en una situación cercana al equilibrio".

La deuda pública continuó su tendencia al alza, de modo que se elevó hasta el 92,6 % en los países del euro y hasta el 87,1 % en los Veintiocho.

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