El barrio de San Vicente es uno de los más emblemáticos de Monforte. Es el germen a partir del que se desarrolló la ciudad y en sus pequeñas y estrechas calles afloran monumentos levantados en distintas épocas y por diferentes culturas. Pese a su valor patrimonial y a que en los últimos años se hicieron mejoras, sigue siendo un barrio plagado de problemas y ayer los integrantes del colectivo vecinal Castro Dactonio presentaron en el registro municipal un listado con todas las deficiencias que perciben, carencias para las que reclaman soluciones urgentes.
La asociación es la primera que defiende el potencial de San Vicente, una zona que alberga la huella de los romanos, de los judíos y del medievo en sus calles y en monumentos como la Torre da Homenaxe, el Parador o la muralla. Pero la enumeración de los pros es tan larga como la de los contras y en la lista negra de Castro Dactonio hay un buen número de tareas pendientes. Por ejemplo, según pone de manifiesto la asociación, la Rúa Falagueira fue hace un tiempo objeto de una renovación. Se creó un jardín urbano en una de las terrazas que forman los muros y se instaló una pieza de geotextil que debería de proteger plantas y flores. Esa lona está hecha trizas y la imagen es desoladora. De nada valen las obras sin mantenimiento, valoran los vecinos.
Un colectivo de reciente creación
La asociación Castro Dactonio de Monforte se fraguó en el segundo semestre de 2012, pero oficialmente nació en enero de este año. Sus estatutos recogen dos líneas de actuación, una relacionada con la puesta en valor del patrimonio histórico del casco viejo, en la que se enmarca la denuncia de ayer, y otra tiene que ver con la organización de actividades culturales para potenciar ese casco viejo.
