A DIFERENCIA de lo que pasa en otros ámbitos, el fracaso suele tener premio en política. Lo vimos hace cuatro años cuando el exministro José Ignacio Wert, tras su polémico paso por Educación, fue enviado como embajador de la OCDE a París, donde residía su esposa, con un salario estratosférico. Pues bien, ahora con motivo de la publicación de un libro, hace autocrítica y admite que en su día no supieron "explicar bien" la ley educativa que llevaba su apellido. En una entrevista en El Mundo, Wert demuestra un alto conocimiento de sí mismo y llega a decir: "Doy una imagen de arrogancia que es muy contraproducente, aunque en parte es timidez. Y tengo un punto pedante, pues tiendo a hacer ver que sé más del tema que mi interlocutor, y eso cae mal". Lo que daríamos por escucharles confesar eso a algunos líderes de la llamada nueva política.
La lenguaraz ministra Celaá
De Educación también es ministra Isabel Celaá. Sí... la de "las bombas son de alta precisión y no se van a equivocar matando yemeníes". Pues bien, acaba de ser reprendida por la JEC por hacer "electoralismo" tras el Consejo de Ministros en su condición de portavoz. No es de extrañar.
