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El arranque de otra época

Esta semana empieza junio y comienzan a surgir dudas de nuestros servicios en verano

Playa de Anguieira, en Barreiros. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Playa de Anguieira, en Barreiros. JOSÉ Mª ÁLVEZ

ESTE MISMO viernes, coincidiendo con el fin de semana, arranca el mes con los días más largos y que, generalmente, suele venir acompañado de un tiempo excelente. Junio es un mes en el que casi es mejor que venga poca gente por aquí, porque quedarían encadilados: es posible pasear con completa tranquilidad por las playas sin que nadie te moleste y paladear esos pequeños momentos que tanto prestan como tomarse algo al atardecer, que vienen siendo las diez de la noche.

Por hacer un inciso, este es un mes en el que cobra pleno sentido aquella propuesta del BNG de que Galicia adoptase el horario portugués. Más que nada porque llega un momento en que es prácticamente de día a las once de la noche. Recuerdo bien a un locutor de radio riéndose de "la ocurrencia de los bloqueiros", dijo textualmente cuando la presentaron y, lo que son las cosas, un tiempo después defendiendo la necesidad de que adoptásemos horarios europeos porque a ver qué era eso de salir tan tarde de trabajar y que si no aprovechábamos las horas y todo eso. Curioso. Hasta donde yo sé nadie se lo hizo mirar. Aquel fue uno de esos momentos en los que es importante tener presente que las propuestas son buenas, malas, aceptables o planteables en función de sí mismas, no de quién las ponga sobre la mesa. Pero para llegar hasta ahí nos falta un largo trecho que recorrer. En Ribadeo se decía que aquello generaría un caos sin precedentes, como si fuésemos el único lugar del planeta al borde de un cambio de huso horario. Qué más da, es algo que nunca se llevará a cabo.

Pero volviendo a lo de las bondades del mes que va a arrancar, es también un mes en el que comenzamos a darnos cuenta de que quizás no tengamos tantos servicios como necesitamos.

Por ejemplo, queda dicho que cada vez son más los que se plantan en las playas. Plantearse que haya personal para limpiarlas y socorristas para cuidar de los bañistas durante este mes es algo, a día de hoy, impensable. Al menos en todos nuestros municipios.

Algunos sí empiezan a trabajar con socorristas hacia mediados de mes, pero son los menos y en algunos lugares muy concretos por frecuentados.

La realidad es que la mayor parte de las playas están desatendidas, así que lo más común es llegar y encontrarte con que hay muchas pulgas de esas que no pican pero que hacen cosquillas en las piernas y son algo incordio para tomar el sol tranquilamente. Tampoco es nada recomendable meterse a nadar en según qué zonas porque si el mar te da un susto, no habrá quien se lance a por ti.

El tema de los socorristas da para un artículo aparte. Porque a día de hoy es más sencillo conseguir ingenieros de telecomunicaciones en paro que socorristas con toda la titulación disponible para empezar a trabajar ya.

Los que hay pueden negociar con tranquilidad sus condiciones laborales porque saben que lugares de trabajo no les van a faltar. No es que eso esté mal en sí mismo, pero sí que es un indicativo de que tal vez se estén pidiendo algunos requisitos que habría que revisar para racionalizarnos un poco.

Porque no puede ser casualidad que alcaldes en las antípodas ideológicas como el de Ribadeo, el de Barreiros o el de Burela se quejen de lo mismo año tras año sin que al menos haya que pensar que tal vez, después de todo, puede que sí que tengan un poco de razón.

Mucho de esto llega de la circunstancia de que una cosa es dictar las normas y otra muy distinta gestionarlas. Por lo general, los que se encargan de gestionar el día a día acaban por encontrar algunas soluciones lógicas a unas normativas enrevesadas que no saben muy bien a cuento de qué se dictaron.

Ahora tal vez haya una paranoia tremenda con el tema de la seguridad en las playas y de que ya no es que no quieran que nadie se ahogue, es que se persigue esa seguridad de burbuja que pretendemos dar también a los más pequeños de la casa, un tanto irreal por incomprensible y excesiva.

Nuestras playas no son las más seguras del mundo, eso está claro. Pero tampoco son la de Valdoviño, donde los accidentes son de lo más frecuente. Tal vez esas diferencias habría que tenerlas en cuenta del mismo modo en que se tienen en cuenta las diferencias entre socorristas de playa y socorristas de piscina.

Se trata solo de racionalizar las cosas para que encontrar un socorrista en verano no acabe por ser tan difícil como encontrar un buen camarero.

EL GUSTO. La mano izquierda que siempre muestra tener Ana Pastor

LA AHORA presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, es una todoterreno de la política con gran cantidad de cargos a sus espaldas. Una trayectoria política que parece haber pasado a fondo por ella porque pese a todos los puestos de responsabilidad que ocupó continúa teniendo una gran cercanía y un carácter muy llevadero, reconocido incluso por sus rivales políticos, que nunca se lanzan a atacarla del todo, incluso cuando tienen razones para ello. El otro día en Mondoñedo demostró de sobra ese talante abierto del que muchos, con menos que ofrecer, podrían aprender.

EL DISGUSTO. Las eternas noticias de los plazos para el corredor

ESTA VEZ le tocó a José Manuel Barreiro, ahora en el Senado, recordarnos que eso del corredor costero es algo con lo que no conviene emocionarse demasiado porque va para largo. No lo dijo así, obviamente, pero cuando varios alcaldes (de su propio partido) le recordaron que, hombre, iba siendo año de que la cosa avanzase, el senador dijo eso de "tranquilidad" y recordó que los proyectos están "en fase de redacción", que viene a ser lo mismo que decir "largo me lo fiáis". Así que nada, toca lo que ya tenemos y lo que ya intuíamos: faltan muchos años para tener una autovía mínimamente decente.

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