La Autovía del Cantábrico (A-8) está terminada a su paso por Galicia y más concremente por A Mariña lucense. Ahora, el siguiente paso que deberá dar el Ministerio de Fomento será la adjudicación de las áreas de servicio proyectadas en la Transcantábrica y que son muy necesarias puesto que a lo largo de 200 kilómetros, entre Oviedo y Guitiriz -ya en la A-6-, no hay ninguna, por lo que el conductor debe salir de la infraestructura para repostar. En la Costa hay un espacio reservado y está en el tramo Reinante-Barreiros, en esta última localidad.
«Disponer de un área de servicio en esta zona es una oportunidad de captar visitantes porque, justo el lugar previsto para su ubicación es un escaparate total, visualmente y sobre todo, sobre la costa barreirense, la desembocadura del Masma y la ría de Foz», reconoce el alcalde de Barreiros y presidente de la Mancomunidade de Municipios de A Mariña, el popular Alfonso Fuente Parga.
La A-8 atraviesa 46,33 kilómetros de la comarca
La Transcantábrica apenas se adentra en A Mariña unos 46,33 kilómetros, que suponen sin embargo un gran avance. Para empezar, consigue que los mariñanos empleen 40 minutos en ir desde A Xesta, en lo alto de Mondoñedo, a su capital, Lugo.
