Las impresionantes lanchas rápidas que, según la Policía, empleaba la organización de José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, para introducir toneladas de cocaína en Europa a través de Galicia pueden tener una segunda vida útil después de ser intervenidas.
Las embarcaciones, que continúan bajo vigilancia en las instalaciones de los astilleros Facho, en una zona estratégica entre la desembocadura del Umia y la entrada de la ría de Arousa, justo en frente de A Toxa, están siendo inspeccionadas estos días por los responsables de logística de la Armada y del Ejército del Aire, que realizarán un estudio para comprobar si pueden resultarles útiles para el ejercicio de su trabajo.
Los primeros en acercarse a Pontevedra fueron representantes de la Armada, que pretendían emplear al menos dos de las tres embarcaciones aprehendidas a Miñanco en Galicia para el rescate de personas en aguas del Estrecho de Gibraltar. Su gran tamaño, próximo a los 20 metros de eslora, y el hecho de que disponen de grandes espacios vacíos en su interior (pensados para el almacenamiento de fardos de cocaína), les permite dar cabida a un buen número de pasajeros.
![Lancha creada para transportar cocaína, ubicada en los astilleros cambadeses Facho y a la que se pretende dar un nuevo uso. DP]()
Una de las lanchas
En el apartado negativo se hallan los aspectos puramente económicos. Las superlanchas de la organización criminal dedicada al tráfico de cocaína montan motores de una potencia fuera de lo común, lo que hace que su consumo sea muy elevado. Además, el mantenimiento de las mismas también está por encima de la media de las embarcaciones empleadas por las Fuerzas Armadas.
En los próximos días, se espera la visita a las instalaciones en las que se encuentran provisionalmente las planeadoras de personal del Ejército del Aire, que, al igual que la Armada, se han interesado por ellas. En su caso, su destino sería el apoyo marítimo a las operaciones que, desde el cielo, desarrolla este departamento del Ministerio de Defensa.
La principal característica de estas lanchas, además del mencionado tamaño, es su velocidad, pudiendo acercarse a los 150 kilómetros por hora.
Por otra parte, en la mesa del ministro del Interior se halla una propuesta para elevar al Poder Legislativo que partió de la Brigada Central y que tiene como objetivo erradicar la construcción de este tipo de embarcaciones.
Se da la circunstancia de que dos de las tres superlanchas decomisadas en el citado astillero estaban matriculadas y, por lo tanto, podían navegar de forma legal. La idea de las autoridades es impedir la construcción de estas embarcaciones que no tienen otra utilidad que el transporte de cocaína.
