Lo decía Rosendo cuando era el líder de Leño: «... me educo con el Papus no con el ABC». A los de mi generación el Papus nos quedaba ya un poco a desmano; nosotros, algunos, unos cuantos, éramos más de educarnos con El Jueves, que venía a ser algo así como su publicación heredera, una revista satírica en la que, además de echarte unas risas y ver algún que otro dibujo picantón, podías ver plasmadas en papel cosas que formaban parte del día a día de este país pero que estaban vetadas en lo que los propios editores de El Jueves llamaban ‘la prensa seria’. Era un uno contra todos y todos contra uno, de tal manera que a los lectores de la revista siempre nos quedaba la duda de si quienes la hacían no se estarían saliendo de los márgenes. Tal vez sí en algunos casos, de hecho no deja de ser una publicación satírica, pero en otros albergo cada día más dudas. Y es que, por ejemplo, en relación a las andanzas de Juan Carlos I tengo la sensación de ver ahora en la ‘prensa seria’ cosas que leí hace muchos años en El Jueves. Un día de estos voy a parar en un kiosko, no vaya a ser que a la ‘prensa seria’ se le esté pasando algo otra vez. Pudiera ser. Eso sí, lo que queda demostrado una vez más es que siempre hay que escuchar a Rosendo.
