Los primeros nombres que se conocieron del equipo ministerial de Pedro Sánchez, como Borrell o Nadia Calviño, sorprendieron y despejaron dudas. El Gobierno que hizo público este miércoles el nuevo presidente da credibilidad y seguridad. A la espera de las decisiones que adopte, disipa de entrada muchas incertezas que alimentaba la situación política, a la que que contribuían cierta trayectoria del propio líder y la configuración de los múltiples apoyos que necesitó para el éxito de la moción de censura. Hay, conocidos los ministros, una necesaria sensación de estabilidad. Hay solvencia. Un mensaje de confianza para los mercados. El calificativo de feminista se justifica por el mayor número de mujeres que hombres: once mujeres en 17 ministerios. Es, sin duda, un hecho relevante y significativo de un cambio que se acelera en la sociedad. Como lo es que el equipo merezca la condición de europeísta, cuando los repliegues estatales y populistas ganan fuerza en varios países y cuando Macron parece el único mandatario que se arriesga en favor de una mayor profundización en la construcción europea. Desde la óptica de Galicia, lo importante es que este Gobierno mantenga los compromisos que hay, como la llegada del Ave o, ya en perspectiva de Lugo, la terminación de la A-54 —Lugo a Santiago—, la aproximación al Ave, que llegue a Ourense, con reducción significativa de tiempos de viaje desde Lugo, o las demandas de comunicación de A Mariña que poco eco práctico encontraron hasta ahora. Si la presencia de más o menos gallegos con cartera ministerial no deja de ser algo fundamentalmente simbólico, que nada garantiza de antemano, el compromiso real de todo Gobierno se expresa en el ritmo de ejecución y cumplimiento. Esto incluye incorporar y mantener a Galicia a efectos de recursos e infraestructuras como parte de una eurorregión.
