Dos décadas marcando estilo en el Carnaval de Foz

La comparsa Sin Xeito celebra su vigésimo aniversario ultimando el modelo con el que esperan sorprender este año
Sin Xeito, en uno de los desfiles de Foz
photo_camera Sin Xeito, en uno de los desfiles de Foz

Sorprende igual ser tantos y tan bien coordinados, como el hecho de que haya una lista de espera de treinta personas para integrarse en la comparsa que se formó hace dos décadas «por un grupo de amigas que siempre se disfrazaban juntas» y que decidieron dar un paso más e involucrarse de lleno en el Entroido local.

Dos décadas en las que lo que no ha cambiado son las ganas de disfrutar de lleno de la fiesta y hacerlo en todo su esplendor, con trajes y complementos a los que no les falta un detalle para ser perfectos. Modelos que salen de la imaginación de sus integrantes, que lo someten a votación. «En Sin Xeito se vota todo, hasta el color de las uñas que llevan las chicas, porque nos gusta que todo el mundo tenga la opción de opinar», asevera Marco Uría, presidente de la asociación que está detrás de la comparsa. «Solemos hacer varias reuniones hasta que perfilamos el modelo», cuya idea sale de cuestiones tan variopintas como «cosas que vemos en una revista o algo que saca un cantante o una modelo, que no hacemos exactamente igual, pero nos vale de punto de partida», agrega.

Creaciones propias que les han funcionado bien en los últimos años, una línea que esperan mantener en este, para el que apuestan por algo sorprendente. «Es un año especial, por lo que apostamos por algo diferente, ya que no hemos hecho nada parecido antes y queremos demostrar que no nos hemos estancado, sino que renovamos», cuenta el portavoz. Un traje que se empieza a cuajar casi en cuanto termina el desfile, pues el atuendo se escoge en abril, para empezar a encargar en mayo o junio, ya que «somos muchos y hay cosas que compramos por kilómetros», dice sin exagerar Marco Uría, pues para vestir a más de cien personas se necesitan en el mejor de los casos 900 o 1.000 metros de tela, a lo que hay que sumar los complementos, una dificultad añadida y uno de los motivos por lo que se apostó por no incluir más integrantes.

La mayoría de las compras se hacen en los comercios locales y si algo no se consigue se apuesta por el resto de la comarca y la provincia. Solo se recurre a compras online en el caso de los zapatos, pues ya hay tiendas especializadas en calzado de fantasía, explica Uría, quien apunta que solo en contadas ocasiones han superado los 200 euros por persona y modelo. «Estamos en torno a los 1.800 euros entre todos», recalca, lo que es un buen ajuste si se calcula que los trajes los confecciona para todos la misma persona. Un coste que se puede ir pagando a lo largo del año, con cuotas mensuales. Los tocados los realizan los integrantes, para lo que quedan los domingos a la tarde, al igual que para los ensayos, que se intensifican en estos días previos. Unos bailes que luego escenifican en  tres filas, moviéndose al ritmo que marcan sus integrantes con las turutas y la percusión, que es el único instrumento real con el que desfilan.

Un trajín que no solo no les agobia, sino que les encanta, pues «para la gente que estamos metidos en esto es como una rutina, porque te gusta y forma parte de tu vida», insiste el presidente de la entidad y uno de los doce chicos que integran Sin Xeito, formada mayoritariamente por mujeres, «desde bebés a los cincuenta años» y entre las que hay varios casos de madres e hijas, como sucede con la reina del Entroido de este año, Carmen Alonso Pérez, que desfiló por primera vez en la barriga de su madre, también de Sin Xeito, como su hermana Ana.

La agrupación fue la encargada de leer el pregón el pasado año. Una «ocasión especial, que nos llenó de orgullo» y en la que trataron de volcar la vida interior de una comparsa, todo con una pequeña representación en la que no faltaron ninguno de los modelos con los que habían desfilado hasta la fecha ni tampoco la música, esencial en la formación.

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