Dos cirujanos de Lugo crean una técnica con células madre adultas que regeneró la cara a tres pacientes

Un momento del implante.
photo_camera Un momento del implante.

Dos cirujanos lucenses, Joaquín Mendonça Caridad y Pedro Juiz, lograron reconstruir la cara de tres pacientes con una técnica revolucionaria a nivel mundial, basada en la implantación de células madre adultas. El trabajo de investigación, que se llevó a cabo desde el sanatorio Polusa, en los últimos quince años, obtuvo esta semana el reconocimiento de la comunidad científica internacional tras su publicación en la prestigiosa revista médica, Plastic and Reconstructive Surgery, el periódico oficial de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos durante más de 60 años.

El artículo ‘Reconstrucción facial regeneradora de la fase terminal en osteorradionecrosis y otras enfermedades craneofaciales avanzadas con células adultas cultivadas’, firmado por los cirujanos de cabeza y cuello Joaquín Mendonça Caridad y Pedro Juiz, está causando una auténtica «revolución», como calificaron los autores, en la comunidad médica, al haber sido publicados y, por lo tanto, revalidados los resultados de su investigación por la citada publicación en su último número de noviembre, que salió a la calle el pasado martes.

Los doctores Joaquín Mendonça y Pedro Juiz consiguieron regenerar los tejidos y los huesos de las caras de tres pacientes que eran ya candidatos a un trasplante por haber ya agotado otras vías de tratamiento.

La implantación de células madre adultas, extraídas de la médula espinal de los pacientes y luego cultivadas y multiplicadas, logró -en los tres casos sujetos a este estudio piloto- regenerar no sólo los huesos y la piel sino también los vasos sanguíneos y los nervios de estos tres enfermos. Algo con lo que, en un principio, no contaban ninguno de los dos cirujanos.

Hasta este momento, los tratamientos para este tipo de casos, todos ellos severos con pérdida y daño del tejido óseo, se limitaban a transferencias vascularizadas y no vascularizadas de tejido, a la implantación de dispositivos mecánicos, a injertos de tejido de otros pacientes y, más recientemente, a trasplantes de cara.

La implantación de células madre permite, sin embargo, frente a las otras terapias, que los pacientes recuperen la forma de su cara y las funciones previas de los distintos tejidos con material genético propio del enfermo.

Este estudio piloto, llevado a cabo en el sanatorio Polusa con tres pacientes en los últimos dos años y medio, obtuvo un permiso especial del Ministerio de Sanidad. Todo ello se hizo con controles muy exhaustivos y desde Lugo, sin subvenciones de empresas ni del Estado. En el estudio, colaboraron también, de forma desinteresada, otros doctores del centro como María Jesús López, Manuel Lauda, Juan Ferreiro y Medardo Meilán.

Las células madre de los pacientes se extrajeron, en los tres casos, de la médula ósea a través de la pelvis. Aunque éstas son escasas, -la ratio es de una entre un millón-, en los tres casos que forman parte de este estudio piloto se extrajo un número suficiente de material genético que luego sería reenviado al centro que la empresa norteamericana Aastrom tenía, hasta hace poco, en Madrid para su selección y cultivo.

Las células viajaban en bolsitas y en un transporte especial hasta el centro de Aastrom, la única empresa en Europa con licencia para el cultivo de este material. La selección y multiplicación de las células madre se realiza en doce días bajo controles extremos.

Ya de vuelta en Lugo, las células fueron expuestas a un ambiente osteogénico antes de ser implantadas, de nuevo, a los pacientes. Los resultados fueron rápidos y asombrosos. A los tres o cuatro meses, un enfermo con todos los tejidos de la cara quemados por una radiación, recuperó el hueso, la piel, los vasos sanguíneos, los nervios y hasta la glándula parótida (salival). Este enfermo, candidato a un trasplante de cara, sigue aún recuperándose hoy pese a que pasaron ya dos años de la operación, según indicó el doctor Mendonça.

La técnica con células madre adultas se implantó, además, en un accidentado con múltiples lesiones, incluso nerviosas, y en otro paciente con una enorme pérdida de hueso. En ambos casos, recuperaron sus tejidos.

El éxito de estos tratamientos abre una puerta a su posible aplicación, en un futuro próximo, a lesiones medulares, patologías cardiacas, párkinson y diabetes, según afirma Mendonça.

«Está naciendo una era nueva. Dentro de 200 o 300 años, los tratamientos no serán químicos, serán con material genético. Si te falta una pierna, se va a regenerar con células madre tuyas. Igual que la salamandra regenera el rabo o las células madre del pulpo fabrican otro brazo si se rompe uno», concluye este cirujano.

DIFERENCIAS
¿Células adultas o embrionarias?

Qué son

Las células madre adultas proceden del tejido del propio individuo al que se le volverán a implantar.

Se encontraron hace unos pocos años en el cuerpo de las personas en cantidades infinitesimales.

Las células madre embrionarias son obtenidas de embriones humanos.

Uso

El uso médico de las células madre embrionarias está sujeto a fuertes polémicas éticas y legales. Cuenta con la oposición de la Iglesia y una parte de la sociedad.

Las células embrionarias, además, pueden producen tumores y rechazos.

Las adultas son más seguras porque siempre se implanta un material genético que ya es del propio paciente.

No producen rechazos y regeneran todo tipo de tejidos.

Más investigaciones

Otras investigaciones se centran en la proliferación in vitro de las células madre del cordón umbilical para cubrir la cantidad necesaria en un trasplante. Estos estudios permiten en un futuro usar células madre de cordón umbilical y tratar enfermedades causadas por la deficiencia de un determinado gen..

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