Mayor implicación

Dos bandas se disputan la venta de droga en la Praza Maior de Lugo a menores

La pelea con una navaja a plena luz del día colmó la paciencia de los comerciantes, que se sienten "desprotegidos" y denuncian "amenazas" ► Los padres aseguran que tienen "miedo" y se plantean recoger firmas ► "El otro día dos niñas encontraron un cuchillo en un arbusto", lamentan
La Policía vigila la zona tras la pelea del lunes
photo_camera La Policía vigila la zona tras la pelea del lunes

Dos bandas se disputan actualmente la venta de drogas en la Praza Maior, en pleno centro de la ciudad. Buscan captar fundamentalmente a menores y adolescentes y ampliar a su costa un negocio ilícito que –a juzgar por el empeño de unos y otros– se presume rentable. La versión oficial al respecto no existe, pero la pelea del lunes –a plena luz del día, en un lugar lleno de niños y con una navaja de por medio– colmó la paciencia de los comerciantes de la zona y de los padres que acuden a diario a los colegios del casco histórico. Están "hartos" y se sienten "totalmente desprotegidos".

Los comerciantes aseguran que el problema no es nuevo y que llevan dos años denunciando una situación "insoportable". Conocen perfectamente a los chicos que trapichean y a los que compran, ya que los tienen a las puertas de sus negocios ocho horas diarias. Saben el rol que tiene asignado cada uno y aseguran que no dan puntada sin hilo. "Son un grupo de unos ocho o nueve jóvenes de origen latino, suponemos que algunos menores. Nunca vienen juntos porque llevan encima poca cantidad de droga y se van rotando. Así siempre hay gente vendiendo y si los cogen no les pasa nada. Tampoco nos insultan ni nos amenazan, porque no quieren problemas. De eso ya se encargan las chicas que los acompañan".

Tal y como explican, el "modus operandi" de estos chicos es siempre el mismo. "Algunos solo hacen los pases de droga y otros buscan a los clientes. Estos últimos van bien vestidos y captan a chicas estudiantes, utilizan toda su labia y las invitan a fumar porros. A través de ellas conocen a sus amigos y cuando ya los tienen como clientes, van a por otra. Y así una y otra vez. Y tampoco se acercan a cualquiera, eligen a las que llevan ropa de marca o las que creen que pueden tener más poder adquisitivo".

"Se apoyan en los escaparates, orinan, escupen y fuman hachís y marihuana con total impunidad. El olor entra en los comercios y es insoportable", comentan algunos comerciantes

El testimonio de los comerciantes saca a luz una realidad alarmante. Según explican, los traficantes se mueven entre el callejón de la Praza do Colexio, las escaleras del fondo de la Praza Maior y los soportales. "Se pasan todo el día por esa zona. Abrimos a las diez de la mañana y ellos ya están; cerramos a las ocho de la tarde y ellos se quedan. Se apoyan en los escaparates, orinan, escupen y fuman hachís y marihuana con total impunidad. El olor entra en los comercios y es insoportable. Además ponen la radio a todo volumen. Están delante de las puertas sin cortarse ni un pelo y los clientes de algunos establecimientos tienen que esperar a que hagan los pases de droga para poder entrar. Así día tras día, y hora tras hora".

Los afectados aseguran que en ocasiones han llegado a temer por su integridad física. "Los miembros de la banda no, pero otros jóvenes que los acompañan, sobre todo las chicas, nos han llegado a intimidar y amenazar. Algunas veces incluso traen perros de raza peligrosa sin correa ni bozal. Es tremendo".

"Cuando llegaron los agentes no vieron ningún arma, así que para nosotros no consta ninguna pelea con navaja", afirman desde la Policía Nacional

Los comerciantes afirman además que la situación empeoró en los últimos días, ya que al parecer a la banda de origen latino que copaba la venta de droga en la Praza Maior le salieron competidores. Algunas fuentes dicen que se trata de otra banda formada por varios jóvenes de etnia gitana que reside en la provincia. "La pelea del lunes es solo el principio de lo que se puede liar si nadie frena esta situación", advierten.

Esta realidad, que puede observar cualquiera, tampoco pasa desapercibida para los padres que acuden cada día al casco histórico. "Da miedo ver el ambiente. El otro día dos niñas de cuatro años encontraron un cuchillo en un arbusto de la Praza Maior", comentan. Progenitores de varios centros planean incluso hablar con las Anpas y recoger firmas para pedir "que alguien haga algo".

Los comerciantes dicen que están "cansados" de llamar a la Policía, "pero nos dicen que no pueden hacer nada y estamos totalmente desprotegidos. Ya hablamos entre nosotros para que si alguno tiene algún problema con esta gente avise al resto, en lugar de llamar a comisaría", exponen.

De hecho, la respuesta oficial de la Policía Nacional no revela una gran preocupación por el problema. El portavoz de comisaría reconoció este martes que el lunes recibieron dos llamadas por la pelea y en una alertaron de que se había exhibido una navaja. "La gente dice eso, pero cuando llegaron los agentes no vieron ningún arma, así que para nosotros no consta ninguna pelea con navaja. Y además, a lo mejor algún chico la sacó para enseñársela al resto, ya que heridos no hubo", zanjó.

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