Don Patricio, contando millares

El trapero herreño puso a saltar una Horta do Seminario a reventar de chavalada, seducida por su reggaeton bailongo
Don Patricio, en Lugo. XESÚS PONTE
photo_camera Don Patricio, en Lugo. XESÚS PONTE

Se esperaba y ocurrió. Don Patricio provocó la mayor concentración de chavalada por metro cuadrado que haya visto el San Froilán de los últimos años: cantando al unísono, saltando al unísono y meneándose al unísono. El poder de convocatoria del herreño, si es que había quién dudaba de él, quedó certificado en Horta do Seminario, en realidad, ya desde las cinco de la tarde, cuando decenas de jóvenes empezaron a apostarse en la plaza para reservarse un buen sitio.

En los primeros puestos, un grupo de seis amigas aguardaban a las ocho sentadas en el suelo. Todas de 14 años, salvo una de 11, habían venido de A Pastoriza para ver a Don Patricio, el único concierto de San Froilán que les interesaba, aunque una de ellas se había animado también con Sés. Suponían la prueba demoscópica más certera de lo que es el público mayoritario del trapero: adolescente, femenino y entregado.

Las chicas llevaban carteles con frases de sus canciones (Don Patricio, mami y Me gusta y lo sabes), fotos del cantante y, en una esquina, los nombres de la cuenta de Instagram de todas ellas, como firma. Cuando se les preguntaba por sus padres, los seis brazos se levantaban a la vez, con la mano marcada por el número en la fila para acceder al recinto, y señalaban al borde de la acera. El gesto se repetía con Ana y Mireia, de 12 años. Es la tía de una de ellas la que les acompañaba. A una le gusta ‘Contando lunares’. "Mi favorita es Enchochado de ti, creo que se llama así", decía la otra ruborizándose. Como no estaban entre las cien primeras, no tenían ningún número en la mano.

Don Patricio es un veinteañero menudo, que apareció vestido con chándal y gafas metálicas, al que se le nota en el reggaeton que es canario cada vez que pronuncia una ‘ch’. Hace rimas a base de meter diminutivos, porque las mozas, cuando se mueven "un poquito" le vuelven "loquito". Es mutuo, él también las vuelve locas a ellas. Y a ellos. A todos. A quien en el DNI le figuran los dosmiles como fecha de nacimiento, seguramente estaba este viernes en O Seminario.

Si se es más talludito y también se estaba allí hay dos probabilidades: o se formaba parte del cordón sanitario de padres que acompañaban a las fans o del grupo de asiduos al chiringuito playero, porque las canciones del herreño tienen esa persistencia machacona que las fija en la cabeza y sonaron muchísimo este verano. Sobre todo, Contando lunares o Enchochado de ti, que este viernes fueron cantadas a gritos por el público.

En una noche de temperaturas más que agradables, el trapero insufló un aire veraniego a las que se suponen que son las grandes fiestas del otoño gallego. Su primer grupo se llamaba Locoplaya, precisamente porque es un término canario que define un estilo de vida: joven, relajado, despreocupado, vacilón y tropical. Es justo lo que ofreció: un concierto divertido y bailongo.

No faltaron tampoco las canciones de sus recientes colaboraciones, como la que hizo con Lola Índigo y en la que muchos se desgañitaron. En ella, ofrece otra de sus claves para petarlo como lo hace: "Yo no canto bien pero me sobra el autotune". Aunque tal cosa pueda ser cierta, en realidad el procesador de audio que afina cualquier voz se usa solo en estudio. En directo, hay que defenderse y, es justo reconocérselo, Don Patricio lo hace. Al menos convence, y mucho, a sus fieles.

Afluencia masiva de público en el concierto de Don Patricio. XESÚS PONTE

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