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La dinámica del PSdeG

Cuando en un partido la parte orgánica es más protagonista que la institucional deberían de encenderse todas las alarmas
Gonzalo Caballero. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Gonzalo Caballero. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

TODOS LOS PARTIDOS políticos de Galicia encaran el año nuevo con deberes. Tras un 2019 y un 2020 de auténtico atracón electoral, llegan meses de teórica calma en los que las diferentes fuerzas tienen tiempo para reforzar sus estructuras y diseñar sus estrategias para lo que vendrá en el futuro. Los periodos entre elecciones, como los de entreguerras, pueden ser determinantes para el éxito si se aprovechan bien; pero cuando no se hace así no dejan de ser un simple anticipo de la catástrofe que se avecina.

Sobre el papel, pandemia mediante, al PPdeG y al PSdeG les tocaría por ejemplo celebrar congresos en 2021 en los que ratificar o relevar a sus respectivos líderes, Alberto Núñez Feijóo y Gonzalo Caballero, si bien la excusa del coronavirus y la ausencia de un horizonte electoral cercano permitirá a ambas fuerzas remolonear algo con el calendario y estirar los plazos quizás hasta principios de 2022.

En el BNG, por su parte, la travesía de 2021 parece tranquila en lo orgánico —salvo que afronte la incorporación de alguna sigla que quedara huérfana el 12-X— y un poco más agitada en lo institucional, donde tiene un nuevo rol salido de las urnas el pasado 12 de julio: liderar la oposición.

Y por debajo, en los llamados partidos pequeños, también se esperan movimientos en este año que arranca. De momento, acaba de irrumpir un nuevo partido fundado por cabreados de Compromiso por Galicia, mientras que la fuerza galleguista tendrá que determinar qué hacer en el futuro, del mismo modo que el capital político agrupado alrededor de las mareas que quedan vivas. Anova también trata de encontrar su espacio con Beiras y Noriega ya de retirada, mientras que Podemos inició un proceso de reconstrucción de sus estructuras locales con la vista puesta en las municipales de 2023, aunque como casi todo en la casa morada, se hará sin prisa.

Por último, ni Vox ni Cs parecen muy dispuestos a realizar grandes esfuerzos políticos en Galicia, al menos a corto plazo.

→ Caballero tiene trabajo


Aunque el escenario político estará totalmente marcado por la pandemia, no hay que olvidar que habrá miradas puestas en los procesos internos que tiene que afrontar el bipartidismo gallego. En el PPdeG todos dan por hecho que el próximo congreso del partido no será todavía el del relevo de Feijóo, aunque costa distinta es que se empiecen a dar pistas o pasos para abrir el melón sucesorio. Y también hay interés por ver cómo se resuelven los equilibrios de poder en los populares de Ourense.

En el PSdeG, por su parte, sí puede estar más caliente el futuro de Gonzalo Caballero, ya que tras las autonómicas la contestación interna al líder socialista fue creciendo. Sea a finales de este año o a principios del próximo, en las filas socialistas no se puede descartar a estas alturas un debate interno de liderazgos y proyectos, aunque sea pronto para saber cómo se va a materializar.

Y es que el partido tendría que analizar la dinámica en la que lleva inmerso medio año, un tiempo en el que está siendo más noticia por sus conflicos orgánicos que por su acción institucional y donde fluye más la comunicación con Ferraz que con alguno de sus barones y alcaldes.

Hubo lío en la configuración de las listas para las autonómicas. Y después llegó la crisis de la ejecutiva municipal de A Coruña. Pero desde las filas socialistas sostienen que hay más tensión oculta: por ejemplo en Ourense, donde la división del grupo socialista complicaría la moción de censura para echar al alcalde Pérez Jácome.

Lo que está viviendo el PSdeG ya lo vivió antes En Marea a mayor escala. Y en lugar de intentar corregirlo, prefirieron culpar a los medios de comuniación por amplificar más sus líos internos que su acción política. Sin darse cuenta de que, en realidad, ya no había ninguna acción política.

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